Placas de Honor 2014

17ª edición – 27/11/2014

José Luis Díez Martín

Jefe del Servicio de Hematología del Hospital Gregorio Marañón

Discurso de entrega

Hay hombres que luchan…

José Luis Díez Martín nace en Salamanca en el seno de una familia numerosa de padres comprometidos con la formación de sus hijos, por lo que recibe una sólida educación básica. En esta primera etapa, tiene especial relevancia el periodo que pasa estudiando y viviendo en casa de sus tías, maestras de escuela, en Utrero (León), pueblo de la montaña leonesa que contaba con unas decenas de habitantes antes de quedar despoblado como consecuencia de la construcción del pantano del Porma, y que quedaba con frecuencia aislado por la nieve durante largas temporadas de invierno.

«José Luis Díez Martín nace en Salamanca en el seno de una familia numerosa de padres comprometidos con la formación de sus hijos, por lo que recibe una sólida educación básica»

Estudia la Licenciatura de Medicina y Cirugía en la Universidad de Salamanca obteniendo la calificación de Matrícula de Honor en casi todas las asignaturas. Posteriormente, su elevada calificación en el examen MIR le permite escoger el Servicio de Hematología, dirigido por el doctor Manuel Nicolás Fernández, en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid para realizar su residencia. En esta etapa (1980-84), entabla estrecha relación con profesionales de gran talla entre los que destacan, a título personal, la doctora Carmen Regidor y la doctora Pilar Zabala, quienes le introducen en el campo del entonces llamado trasplante de médula ósea.

Su periodo de formación como Médico Interno Residente en Hematología tiene continuidad, durante otros cuatro años (1984-88), en la prestigiosa Clínica Mayo (Rochester, Minnesota, Estados Unidos), gracias a la consecución de una beca del programa Fulbright. En la Clínica Mayo, además de repetir la residencia en Hematología, descubre la Citogenética de la mano del doctor Gordon Dewald, con quien realiza trabajos de investigación de gran relevancia, alguno de los cuales, como la caracterización citogenética de la Policitemia Vera o la distinción cromosómica de las crisis blásticas linfoide y mieloide de la Leucemia Mieloide Crónica, son citados aún hoy en los libros de texto de Hematología.

Durante su etapa americana, disfrutó también de una estancia de formación específica en trasplante de médula, en el Servicio de Hematología del Fred Hutchinson Cancer Center (Seattle, Washington, Estados Unidos), dirigido por el doctor Donnall Thomas, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1990 precisamente por sus descubrimientos en dicho campo. En 1989, el doctor Díez rechaza una plaza como Hematólogo en la Clínica Mayo para volver a España y, más concretamente, de nuevo a la Clínica Puerta de Hierro, donde es fichado tras su etapa americana.

De regreso en la Clínica Puerta de Hierro simultanea su actividad clínica con el desarrollo, contando con la inestimable colaboración de Nati Polo, de la citogenética hematológica, en aquel momento escasamente implantada en el contexto nacional. Poco tiempo después, en 1991, obtiene su plaza fija en el Sistema Nacional de Salud por concurso oposición en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila. Sin embargo, en este periodo añora un hospital puntero en el que poner en práctica lo aprendido durante años de esfuerzo y acaba trasladándose de nuevo en 1992, en Comisión de Servicios, a la Clínica Puerta de Hierro de Madrid. Inicia una nueva etapa centrada en el Trasplante Hematopoyético y en la Terapia Celular, siendo pionero en la nación en el uso de la infusión de linfocitos del donante (ILD) post-trasplante, y alcanzando reconocimiento nacional.

«La constante evolución para incorporar las más modernas modalidades de trasplante unida a su excelente desempeño clínico e investigador coloca a la Unidad de Trasplante Hematopoyético del Marañón entre las mejores instituciones trasplantadoras del país»

En 1996, gana la plaza de Jefe de Sección de Trasplante Hematopoyético en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y emprende la aventura de iniciar el trasplante en la institución. Dicha empresa, de enorme envergadura, será posible gracias al concurso del doctor Alfonso Gómez-Pineda quien, a lo largo de los años previos, había desarrollado, en el Banco de Sangre que dirigía, toda la infraestructura de laboratorio y manipulación celular requerida para el trasplante clínico. La constante evolución para incorporar las más modernas modalidades de trasplante unida a su excelente desempeño clínico e investigador coloca a la Unidad de Trasplante Hematopoyético del Marañón entre las mejores instituciones trasplantadoras del país.

Finalmente, como resultado de su destacada trayectoria clínica y de gestión, en 2006 José Luis gana la plaza de Jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. En esta nueva etapa, sin dejar de potenciar la actividad en trasplante hematopoyético, uno de los pilares clínicos y científicos del nuevo Servicio de Hematología, establece novedosas directrices clínicas y organizativas hasta colocar al Servicio de Hematología del Marañón entre los mejores a escala nacional e internacional. Durante este periodo, y hasta la actualidad, tienen especial desarrollo nuevas modalidades y aplicaciones del trasplante hematopoyético (trasplante dual, trasplante para pacientes con linfoma asociado a SIDA, trasplante de donante haploidéntico, etc.) que consolidan su posición a escala nacional (es nombrado presidente del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético, GETH) y le granjean prestigio internacional.

«Durante toda su carrera profesional, Díez Martín ha mantenido una intensa actividad investigadora en paralelo a su labor asistencial, la cual le ha permitido publicar un vasto número de artículos científicos»

Durante toda su carrera profesional, ha mantenido una intensa actividad investigadora en paralelo a su labor asistencial, la cual le ha permitido publicar un vasto número de artículos científicos, muchos de ellos en las revistas más prestigiosas de la especialidad (Blood, Journal of Clinical Oncology, Leukemia, Haematologica, etc.) y desempeñar la figura de Jefe del Grupo Genética y Clínica de las Neoplasias Hematológicas y el Trasplante Hematopoyético en el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IiSGM). Asimismo, ha cuidado con esmero la docencia como tercer pilar que, junto a la asistencia y la investigación, definen al buen médico, obteniendo las mejores calificaciones de los alumnos en todas las valoraciones.

José Luis ha sabido rodearse de un equipo multidisciplinar de profesionales comprometidos y capaces, a los que ha apoyado incondicionalmente a la vez que les ha permitido, en un gesto de generosidad, desarrollarse de forma individual, y a los que ha transmitido no sólo su saber hacer, sino algo mucho más importante como son los valores humanos y profesionales que han iluminado su vida. José Luis es un médico convencido y defensor del Sistema Sanitario público, al que dedica dos jornadas laborales diarias, quedándose a trabajar cada tarde tras la jornada remunerada de mañana. Es un hombre de hacer y no de parecer, incansable trabajador, recio organismo, que cultiva sin titubeos la cultura del esfuerzo hasta el extremo de no haberle podido contar una sola falta al trabajo por enfermedad desde que le conocí hace ya más de 20 años.

«Díez Martín es un hombre de hacer y no de parecer, incansable trabajador, recio organismo, que cultiva sin titubeos la cultura del esfuerzo»

José Luis disfruta de practicar deporte en sus ratos libres y, con semejante ADN, no es difícil entender que el ciclismo y el montañismo sean los que más le gustan y en los que, además, destaca. Si hubiera que resaltar un rasgo de su personalidad, de entre los múltiples que le definen, éste sería su entrega, decidida y sin condiciones, en todos y cada uno de los ámbitos del ser, del existir, desde salvar una vida hasta agitar el esqueleto en un buen baile. Por todos estos motivos, José Luis es uno de esos hombres imprescindibles a los que Bertolt Brecht escribió sus versos: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero, hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles».

Ismael Buño Borde

Subdirector Científico del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IiSGM)

Respuesta del galardonado

En primer lugar, quisiera agradecer a los colegas de la Asociación Española de Científicos (AEC), a su presidente, Jesús María Rincón, y a la junta de gobierno, la distinción por haberme concedido una de las Placas de Honor de la asociación del año 2014.

Muchas gracias a Ismael Buño por su elogiosa y emotiva presentación, hecha sin duda más desde el cariño y la amistad que desde el frío juicio objetivo. También quiero agradecer al secretario general, Enrique Ruiz Ayúcar, su tesón y dedicación entusiasta al mantenimiento de la asociación, desde su refundación mediada la década de los 90. Asumo que ambos no han sido ajenos a la promoción de este galardón.

Para un médico practicante es siempre delicado dirigirse a una audiencia de científicos, no en vano durante siglos la medicina no estaba considerada entre las ciencias llamadas exactas y, aún hoy, no sé si goza de dicha consideración. Pero, es más, a los médicos nos gusta referirnos a nuestra disciplina como el arte de la medicina, lo cual abre todas las puertas a la inexactitud, por más que la inspiración sea acertada y muy beneficiosa para el paciente. Esa tensión entre ciencia y arte aflora y se mantiene en la práctica médica cotidiana.

«A los médicos nos gusta referirnos a nuestra disciplina como el arte de la medicina, lo cual abre todas las puertas a la inexactitud, por más que la inspiración sea acertada y muy beneficiosa para el paciente»

Contaba Laín Entralgo la siguiente anécdota, prologando a una de sus colaboradoras. Cuando Napoleón se hizo cargo del poder, decidido a renovarlo todo, quiso reorganizar las academias de París, entre ellas la de Ciencias y, para ello, solicitó un informe a Laplace. Este le propuso un comité redactor donde se encontraban algunos médicos, lo que contrarió a algunos hombres de ciencia del momento y Napoleón le preguntó por qué los había incluido. Laplace contestó: «Sire, al fin y al cabo, ellos [los médicos] también se encuentran entre los sabios». Sea como fuere, desde entonces la Medicina ha ocupado un lugar señalado entre las ciencias naturales.

Los médicos, en general, y, en particular, los hematólogos, especialidad que yo practico, cumplimos una triple función: la asistencial, eminentemente práctica y tecnológica, la de investigación, más cercana al desarrollo conceptual, y la docente, todas ellas tan viejas como el primer chamán que sintió la llamada a curar.

«Los hematólogos cumplimos una triple función: la asistencial, eminentemente práctica y tecnológica, la de investigación, más cercana al desarrollo conceptual, y la docente, todas ellas tan viejas como el primer chamán que sintió la llamada a curar»

La función asistencial, la más reconocida socialmente, en mi caso incluye el uso de recursos diagnósticos cada vez más sofisticados (radiológicos, citológicos, genéticos…) para filiar de forma precisa las enfermedades de la sangre (leucemias y otras neoplasias, insuficiencias medulares, etc.) y unos recursos terapéuticos que incluyen medicamentos, cada vez más caros y más exitosos, y los trasplantes de células madre sanguíneas (trasplantes hemopoyéticos o más comúnmente llamados trasplantes medulares) para rescatar aquellos pacientes que, en general, ya no tienen otra alternativa.

Al diagnóstico genético y a los trasplantes he dedicado gran parte de los últimos 25 años de mi profesión en la Clínica Puerta de Hierro y en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, tras diez años de formación repartidos entre España y EE. UU.

«He contribuido a promover transgresiones a la doctrina general del trasplante medular que luego han resultado altamente beneficiosas para los pacientes»

De esta faceta asistencial destacaría, siguiendo la línea conceptual aprendida en la Clínica Puerta de Hierro, la utilización del trasplante medular alogénico (es decir, procedente de otro sujeto genéticamente distinto al paciente) como un arma inmunoterápica para vencer la leucemia y otros cánceres hematológicos. En este sentido, he contribuido a promover transgresiones a la doctrina general del trasplante medular que luego han resultado altamente beneficiosas para los pacientes. Tales son la reinfusión retardada de linfocitos del donante para rescatar pacientes recaídos tras el trasplante, el trasplante de células madre del cordón umbilical como injerto parcialmente idéntico y, por tanto, quizás más alorreactivo con el tumor, en el que colaboré inicialmente dentro del programa pionero de la Clínica Puerta de Hierro, cuyo pasado director también recibió una de las Placas de Honor de la AEC, y más recientemente, desde el Hospital Gregorio Marañón el equipo viene impulsando el desarrollo en nuestro país de los trasplantes haploidénticos, que utilizan donantes mitad idénticos, suelen ser padres o hijos o hermanos, por tanto, aún más alorreactivos o con más capacidad inmunoterápica. Promoviendo estas modalidades de trasplante, los hematólogos trasplantadores hemos llegado recientemente a lograr que todo paciente que precise de un trasplante medular disponga de un donante en el tiempo adecuado según lo requiera su enfermedad.

A comienzos del siglo, desde el Hospital Gregorio Marañón, promovimos la utilización de los trasplantes medulares en pacientes VIH positivos con cánceres hematológicos, otra trasgresión al uso establecido hasta entonces. De ella se derivó ayudar a establecer a escala internacional las indicaciones del trasplante autólogo en estos pacientes, en condiciones similares a las utilizadas para los pacientes VIH negativos. Asimismo, por nuestra práctica del trasplante alogénico, en las pacientes con SIDA que lo precisan por su tumor hematológico, se ha derivado la invitación para formar parte del consorcio internacional, financiado por EE. UU., que explora la curación del SIDA con el trasplante medular en sus distintas modalidades, proyecto que periódicamente salta a la prensa profana.

De mi faceta en el laboratorio y más conceptual destacaría el interés por la caracterización genética de las leucemias y otros cánceres hematológicos, su implicación diagnóstica y pronóstica. A resaltar particularmente el largo proyecto de la evaluación genética de la reconstitución celular ocurrida tras el trasplante medular que nosotros llamamos «quimerismo», donde involucré al doctor Buño hace ya más de 21 años, y que sigue siendo la espina dorsal de la actividad de nuestro laboratorio de genética hematológica.

Otras actividades han venido a completar el arsenal de los modernos laboratorios de Hematología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, que también son instrumento de investigación, como la citometría diagnóstica y para evaluar la enfermedad residual tumoral, las terapias celulares con células manipuladas ex vivo, como el uso de las células mesenquimales o de las células fotoinactivadas y, más recientemente, la caracterización genotípica de la alorreactividad de las células Natural Killer, actividades que se deben más a la acción de mis colaboradores que a mí.

No puedo dejar de citar una nueva faceta promovida y desarrollada ya en mi última etapa: la gestión de los datos e información producidos, la monitorización de los mismos, la puesta en marcha de ensayos clínicos y estudios, y la coordinación y homologación con los centros y sociedades nacionales e internacionales de nuestra disciplina y entorno, con los que debemos colaborar y competir. Cómo no, esta tarea ímproba recae en los más jóvenes del equipo.

«He tenido la inmensa fortuna de encontrar maestros y colegas impresionantes, aquí y en EE. UU., como el doctor Donnall Thomas, padre del trasplante hemopoyético y Nobel de medicina 1990, de los que aprendí todo»

Tengo que hacer énfasis en que todo este rosario de acciones médicas ha sido posible gracias a los demás, yo he sido un actor más del reparto, que ha cumplido su papel. En el camino, he tenido la inmensa fortuna de encontrar maestros y colegas impresionantes, aquí y en EE. UU., como el doctor Donnall Thomas padre del trasplante hemopoyético y Nobel de medicina 1990, de los que aprendí todo, en particular el entusiasmo y la disciplina implacables que conducen al éxito, en mi caso, curar. Inapreciable fortuna también ha sido haber encontrado colaboradores con los que he compartido la generosidad de su dedicación, sus ideas, sus consejos, su ayuda y comprensión durante todos estos años. En verdad que, pensando en todos ellos, puedo afirmar que Laplace tenía razón, y confirmar su frase, algo modificada, que «entre los médicos (y naturocientíficos) también hay sabios».

Finalmente, quiero agradecer la contribución de mis amigos y mi familia, que no sólo han tenido y tienen que soportar mis ausencias, sino, a veces incluso algo peor, mis presencias y frustraciones. A ellos, gracias por su capacidad de perdón.

Y a todos ustedes muchas gracias por escuchar y buenas noches.

José Luis Díez Martín

Jefe del Servicio de Hematología del Hospital Gregorio Marañón

Manuel Ricardo Ibarra

Director del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA) de la Universidad de Zaragoza

Discurso de entrega

Mi relación con el Profesor Ibarra es relativamente reciente y se inicia a principios de la anterior década cuando se daban los primeros pasos dados dentro de la comunidad científica para construir redes de investigadores relacionados con la nanociencia y la nanotecnología.

En concreto, el Profesor Ibarra participó desde los primeros momentos en la Red NanoSpain, en cuya organización estuve personalmente involucrado desde 2000 hasta 2006. Desde el primer momento, se observó cómo la red contaba con nodos fuertes ubicados en Madrid, Barcelona, San Sebastián, Sevilla, Zaragoza, Santiago de Compostela, Sevilla, etc.

El grupo de Zaragoza estaba formado tanto por investigadores de la Universidad de Zaragoza como del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, centro mixto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la mencionada universidad. Desde un primer momento, estos investigadores mostraron su liderazgo en las temáticas del magnetismo, los fenómenos ópticos, la instrumentación, o las grandes instalaciones. El hecho de contar con una cierta masa crítica hizo posible comenzar a plantear iniciativas de diverso tipo entre las que destacó la creación de un centro de investigación dedicado a la nanotecnología.

«El principal promotor del Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA) fue el Profesor Ibarra, uno de los centros protagonistas de la actividad científica española en nanociencia y nanotecnología»

El principal promotor de este centro, que tiene el nombre de Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA), fue el Profesor Ibarra, al que ahora brindamos nuestro homenaje. Este instituto tuvo sus comienzos en 2003 y se ha dedicado a la investigación y desarrollo en el campo de la nanociencia y nanotecnología, campos de investigación donde convergen la Física, la Química, la Biología, las Ciencias Medioambientales, la Biotecnología, la Ciencia de Materiales, etc. Tras diversos avatares, el INA parece que ha alcanzado cierta estabilidad (en medio de la incertidumbre generalizada por las sucesivas disminuciones de presupuestos dedicados a la investigación y el desarrollo) y puede decirse que es uno de los centros protagonistas de la actividad científica española en nanociencia y nanotecnología, con unas instalaciones y equipamientos de primer nivel, que está ubicado en una región estratégicamente conectada con grandes núcleos de generación del conocimiento y de desarrollo económico.

Desde que tomó las riendas del INA, la labor del Profesor Ibarra ha sido encomiable, promocionando la nanotecnología, sus aplicaciones e implicaciones, dentro de su entorno universitario, ante responsables políticos regionales y nacionales, y ante el sector empresarial. En esta búsqueda de la visibilidad del INA y de sus resultados, el Profesor Ibarra ha viajado a lo largo y ancho de este mundo y ha sido en varios de estos viajes en los que he tenido oportunidad de coincidir con él y conocer mejor su empuje. En concreto, el INA ha participado en varias ocasiones en el Pabellón de España en la Feria Nanotech, que se celebra en Tokio desde hace casi una década, y ha sido en este contexto en el que he tenido la oportunidad de conocer más de cerca los esfuerzos del Profesor Ibarra por conectar el INA con diversas empresas y organizaciones. Como dato anecdótico mencionaré que el Profesor Ibarra (acompañado de su esposa) y yo tuvimos encuentros en lugares y horas insospechados como el acontecido en las puertas del archiconocido mercado del pescado de Tokio a las seis de la madrugada.

«El Profesor Ibarra ha sido uno de los investigadores que ha liderado proyectos de la convocatoria conjunta hispano-japonesa sobre nanotecnología ante los retos energéticos y medioambientales»

Por otro lado, el Profesor Ibarra ha sido uno de los quince investigadores españoles que han liderado proyectos de la convocatoria conjunta hispano-japonesa sobre nanotecnología ante los retos energéticos y medioambientales lanzada por el Ministerio de Economía y Competitividad de España y la agencia Japanese Science and Technology Agency de Japón, que he tenido la responsabilidad de gestionar en los últimos seis años. Las reuniones celebradas para realizar el seguimiento de los proyectos han permitido conocer más de cerca la enorme actividad científica desarrollada por el Profesor Ibarra y el INA.

Dicho todo lo anterior, he de destacar que el Profesor Ibarra es un emprendedor que ha destacado dentro de una tierra ya de por sí emprendedora, Aragón. Pero, en este caso, el emprendedor llegó de Andalucía, tierra en la que nació, se educó y formó al Profesor Ibarra, que realizó su licenciatura en Física en la Universidad de Granada para trasladarse posteriormente a Zaragoza para realizar su Tesis Doctoral. Desde 1980 ha estado trabajando en la Universidad de Zaragoza desempeñando diferentes cargos (Profesor Ayudante, Profesor Titular, Catedrático, director del Departamento de Física de la Materia Condensada), lo que no le ha impedido realizar diversas estancias en centro de investigación de EE. UU. En estos años, ha desarrollado su actividad en campos siempre cercanos al magnetismo: anisotropía magnética, magneto-resistencia colosal, aleaciones con efecto magnetocalórico colosal, láminas delgadas magnéticas, nanopartículas magnéticas y su aplicación en el desarrollo de sensores y nuevas terapias contra el cáncer, etc.

«La acreditada trayectoria del Profesor Ibarra es bien merecedora de una de las Placas de Honor del año 2014 que la Asociación Española de Científicos (AEC) otorga a los miembros más relevantes de la comunidad científica española»

Sus trabajos de investigación han dado lugar a más de 400 artículos, centenares de presentaciones en congresos, decenas de conferencias invitadas y una decena de patentes, alguna de las cuales están en explotación. Las tesis doctorales de una decena de investigadores han sido dirigidas por el Profesor Ibarra, nucleando un equipo de trabajo con ramificaciones en diversas instituciones y consolidando el peso del magnetismo de la Universidad de Zaragoza en el contexto nacional e internacional. Estos resultados no han sido ajenos a la comunidad científica ni a la sociedad, que le han reconocido su esfuerzo y su mérito en diversas ocasiones. El Profesor Ibarra ha recibido numerosos premios y distinciones, concedidos por la Fundación Domingo Martínez, la empresa 3M, el Gobierno de Aragón, El Periódico de Aragón, etc. En el año 2008, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad AGH de Cracovia. Creo que todos esto méritos son suficientes para acreditar la trayectoria del Profesor Ibarra y hacerla merecedora de una de las Placas de Honor del año 2014 que la Asociación Española de Científicos (AEC) otorga a los miembros más relevantes de la comunidad científica española.

Pedro A. Serena Investigador Científico del CSIC. Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM). Coordinador Institucional del CSIC en la Comunidad de Madrid

Respuesta del galardonado

Queridos colegas, es para mí un honor y motivo de orgullo recibir la Placa de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC). Agradezco enormemente a esta Asociación que haya considerado mi persona como merecedora de esta distinción.

Este reconocimiento lo interpreto en base a los logros del Grupo científico de Nanoestructuras Magnéticas, que me ha apoyado en todo momento, y al fuerte apoyo Institucional de la Universidad de Zaragoza y del Gobierno Regional y Español que han permitido la creación del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA) y el Laboratorio de Microscopias Avanzadas.

El Magnetismo y la Nanociencia: mi actividad se ha enmarcado en el ámbito del magnetismo de los materiales. He desarrollado investigaciones del efecto del campo magnético sobre la deformación de los materiales, denominado magnetoestricción, estudios de la anisotropía magnetocristalina en materiales magnéticamente duros. Probablemente, el campo en el que desarrollamos una contribución más relevante ha sido el de los óxidos magnéticos, en particular en las manganitas de valencia mixta, que presentan una magnetorresistencia colosal (CMR). Nuestros experimentos de magnetoestricción y de dispersión de neutrones de bajo ángulo pusieron de manifiesto que el mecanismo intrínseco de este fenómeno se producía en la fase paramagnética, y propusimos que era debida a la formación de polarones magnéticos.

Recientemente, durante los últimos diez años, mi actividad se ha desarrollado en el campo de la nanociencia, en particular, en materiales nanoestructurados. Por una parte, he desarrollado actividad en la aplicación de nanopartículas magnéticas para aplicaciones biomédicas en nanoterapia y nanodiagnóstico, y, por otra parte, en el estudio de cómo las interacciones fundamentales que dan lugar al transporte eléctrico, magnetismo y superconductividad se ven modificadas cuando las dimensiones de los objetos son del orden de magnitud de las longitudes características de dichas interacciones.

«Vivimos un periodo excitante en la evolución de la ciencia en nuestro país. En unos años, y gracias al esfuerzo de los científicos y de las inversiones en investigación, se ha conseguido alcanzar un buen nivel a escala internacional»

Investigación de excelencia: vivimos un periodo excitante en la evolución de la ciencia en nuestro país. En unos años, y gracias al esfuerzo de los científicos y de las inversiones en investigación, se ha conseguido alcanzar un buen nivel a escala internacional. Se ha evolucionado tanto en número de publicaciones como en reconocimiento.

No obstante, no se ha alcanzado una masa crítica de investigadores que asegure que este nivel puede mantenerse o superarse. La crisis económica que estamos sufriendo está repercutiendo dramáticamente, pues, aun cuando no se había llegado a esta masa crítica, ha venido una reducción drástica del presupuesto dedicado a investigación. Lo que claramente es una demostración que no se tiene confianza desde los Gobiernos en que podamos salir de la crisis con una apuesta científico-tecnológica.

«La crisis económica está repercutiendo dramáticamente con la reducción drástica del presupuesto dedicado a investigación, lo que demuestra que no se confía en una apuesta científico-tecnológica»

Esta reducción está propiciando una fuga de cerebros y la imposibilidad de atraer talento: el intercambio de científicos es bueno y saludable, pero el flujo negativo de talento está drenando nuestro sistema de ciencia y tecnología. Aparece como consecuencia el concepto de la excelencia científica: como los recursos son escasos, sólo los grupos excelentes deben ser financiados. Creo que hay dos niveles de financiación que no debemos confundir y que son necesarios:

  • La financiación básica, que permite establecer un tejido científico y una masa crítica que permita formar científicos y mantener un nivel, del que puedan emerger grandes científicos, pues estos no salen de la nada;
  • La financiación de proyectos de excelencia, que premia aquellas iniciativas avaladas por los científicos más eminentes y que llevan a una investigación de primera línea, que nunca hubiese existido sin la anterior.

Innovación y transferencia de tecnología: durante estos últimos años se ha incrementado el interés en hacer que la investigación y los logros científicos puedan llegar a ser utilizados por las empresas de nuestro entorno. Este es un proceso lógico y difícil de forzar, pues requiere una maduración. No podemos recoger los frutos del árbol cuando aún están verdes, pues nunca van a madurar. Esta precipitación en aplicar y que todo tiene que ser aplicado puede llevar a una tergiversación del papel de la investigación. La innovación desde el punto de vista de la investigación científica no es incremental para una iniciativa empresarial, sino que ha de ser rupturista. No podemos convertir a nuestros científicos en técnicos, pues, además, no lo saben hacer ni es su función.

«La innovación desde el punto de vista de la investigación científica no es incremental para una iniciativa empresarial, sino que ha de ser rupturista»

Creo que uno de los papeles que pueden y deben desarrollar los equipos científicos es colaborar con los equipos de desarrollo de las empresas para crear un marco de enriquecimiento conceptual y que permita abrir nuevos campos insospechados para las industrias y los centros de investigación. Hay que potenciar la creación de empresas de base tecnológica basada en el know how y patentes que pueden surgir en este marco.

Queridos compañeros, concluyo esta exposición con mi agradecimiento a la AEC, a todos mis compañeros y colaboradores que me han ayudado a poder entender algunos problemas científicos y, en especial, a mi familia por el tiempo no le he dedicado y sin cuyo apoyo nunca hubiese tenido la fortaleza y dedicación que requiere la actividad científica.

Pedro A. Serena Investigador Científico del CSIC. Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM). Coordinador Institucional del CSIC en la Comunidad de Madrid

Nuria Sánchez Coll

Investigadora en el Centro de Investigación Agrigenómica de Barcelona (CRAG)

Discurso de entrega

Estimados miembros de la Asociación Española de Científicos (AEC), señoras y señores, es un placer para mí presentar a la doctora Nuria Sánchez Coll, que recibe este año la Placa de Honor de la AEC en la modalidad de Jóvenes Investigadores.

La doctora Sánchez Coll es investigadora en el prestigioso Centro de Investigación Agrigenómica de Barcelona (CRAG) donde ha impulsado una innovadora línea de investigación que dirige actualmente sobre los mecanismos moleculares de las interacciones planta-patógeno y el papel de la muerte celular programada en los mismos, para su aplicación al diseño de estrategias de lucha contra las patologías bacterianas de plantas, problema como sabemos de gran repercusión en agricultura.

«Sánchez Coll ha impulsado una innovadora línea de investigación en el CRAG para su aplicación al diseño de estrategias de lucha contra las patologías bacterianas de plantas, problema de gran repercusión en agricultura»

Conozco personalmente a la doctora Nuria Sánchez Coll desde hace varios años, cuando trabajaba como investigadora postdoctoral en el laboratorio del doctor Jeff Dangl en la Universidad de North Carolina (EE. UU.), donde iniciamos una colaboración científica, y, desde entonces, he tenido la oportunidad de seguir su trayectoria gracias a diversos encuentros y actividades científicas conjuntas en los que he podido comprobar su alto nivel científico, al que acompaña una gran capacidad de trabajo y rigor, entusiasmo e iniciativa, junto a un carácter amigable y colaborador, cualidades, sin duda, muy valiosas para la labor investigadora.

La doctora Sánchez Coll, a pesar de su juventud, ha tenido una trayectoria investigadora excepcional. Se licenció en Biología en la Universidad de Barcelona y después se trasladó a Zúrich, al Swiss Federal Institute of Technology, donde obtuvo el doctorado en 2006 con un trabajo sobre las rutas de señalización que conducen a muerte celular programada en respuesta al estrés oxidativo. Más tarde, se marchó a los Estados Unidos y se incorporó, como ya he comentado, al laboratorio del doctor Jeff Dangl en la Universidad de North Carolina como investigadora postdoctoral, realizando un trabajo pionero y de alto impacto internacional sobre el papel de las metacaspasas en la respuesta hipersensible de plantas a patógenos. Sus investigaciones en este campo han sido merecedoras de un alto prestigio internacional, además de haber sido publicadas en revistas de la categoría de Science o PNAS. Después, en 2012 vuelve a España para incorporarse al CRAG, donde trabaja actualmente.

«Más allá del alto nivel científico del trabajo de Nuria Sánchez, desde su incorporación al CRAG ha podido demostrar también una notable capacidad emprendedora y de liderazgo»

Pero, más allá del alto nivel científico de su trabajo, desde su incorporación al CRAG ha podido demostrar también una notable capacidad emprendedora y de liderazgo, cualidades que le han llevado, en el corto periodo de tiempo que lleva en España y con las dificultades del momento, además de impulsar su propia línea de investigación, a organizar un Workshop Internacional con conferenciantes de primer nivel sobre Proteasas, Muerte Celular y Aplicaciones en Campo, que se celebró en noviembre 2013, a actuar como coordinadora de grupo de trabajo en una propuesta europea de COST Action sobre Autofagia en la que participaban más de treinta grupos nacionales y europeos, a liderar una propuesta ITN (International Training Network) para la Comisión Europea, y a organizar una Red Española de investigadores jóvenes en Plant Sciences and Agrobiotecnology Applications en el marco del programa Marie Curie Alumni Association, entre otras iniciativas.

«Uno de los proyectos de la doctora Sánchez Coll plantea el desarrollo de tecnologías alternativas a la transformación genética que permitiría el diseño de nuevas estrategias para combatir los problemas del cultivo de la patata»

A modo de ejemplo, uno de los proyectos más recientes de la doctora Sánchez Coll plantea el desarrollo de tecnologías innovadoras alternativas a la transformación genética para la mejora de la patata, lo cual permitiría el diseño de nuevas estrategias para combatir los dos mayores problemas de este cultivo a escala mundial: las infecciones por Ralstonia en climas templados y el estrés térmico.

Por esta excelente trayectoria, sus hallazgos en el campo de los mecanismos de interacción planta-patógeno y su relevancia en agricultura, la AEC concede este año la Placa de Honor de Jóvenes Investigadores a la doctora Nuria Sánchez Coll.

Pilar Sánchez Testillano Investigadora Científica del CIB-CSIC

Respuesta de la galardonada

Es un honor para mí recibir la Placa de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC) en la categoría Jóvenes Investigadores por mi trabajo en el campo de la biología molecular de plantas.

En los tiempos difíciles que corren es una gran alegría recibir tal premio y es, además, una muy buena iniciativa que nos anima a los jóvenes a seguir adelante. Mi más sincero agradecimiento a la AEC por otorgarme la Placa.

«Es un honor para mí recibir la Placa de Honor de la AEC en la categoría Jóvenes Investigadores por mi trabajo en el campo de la biología molecular de plantas»

Su apoyo ha sido muy importante a la hora de reintegrarme al sistema científico de España, ya que me han brindado siempre consejo y me han transmitido optimismo y energía. Estas luchadoras son para mí modelos científicos de referencia a seguir. A ellas las conocí a través del doctor Miguel Ángel Moreno Risueño, también aquí presente, con quien trabé una estrecha amistad durante nuestra estancia postdoctoral en Estados Unidos. Este gran joven investigador ha supuesto un gran soporte tanto a nivel científico como moral, alguien a quien acudir siempre no sólo durante nuestros años fuera de España, sino también ahora.

«Mi agradecimiento a las doctoras Pilar Sánchez Testillano y María del Carmen Risueño que son para mí modelos científicos de referencia a seguir»

Les voy a hablar un poco de mi decisión de volver a España, ya que lo hice durante los peores momentos de la crisis y muchos compañeros no lo entendieron. En primer lugar, fue una decisión por motivos personales, ya que llevaba más de diez años fuera de España y quería estar más cerca de ellos. Por otro lado, para mí era muy importante volver a España a la hora de establecer mi propio grupo. Decidí marchar fuera muy pronto para formarme científicamente en centros punteros de países extranjeros con la idea de algún día volver y poder transmitir todos los conocimientos adquiridos al lugar de donde provengo, contribuyendo a mejorar la ciencia española y devolviendo la costosa inversión que el país ha hecho en mí a nivel formativo. Para mí esto fue posible y tengo que decir que hasta ahora me ha ido muy bien, gracias al financiamiento europeo recibido, así como al apoyo recibido por algunos investigadores del instituto al que me reincorporé, el Centro de Investigación Agrigenómica (CRAG) de Barcelona.

«Decidí marchar fuera muy pronto para formarme científicamente en centros punteros de países extranjeros con la idea de algún día volver y poder transmitir todos los conocimientos adquiridos al lugar de donde provengo, contribuyendo a mejorar la ciencia española y devolviendo la costosa inversión que el país ha hecho en mí a nivel formativo»

No obstante, como todos ustedes saben, la situación de reincorporación de talento joven al sistema español está muy lejos de ser ideal. Los recortes presupuestarios del Gobierno en el ámbito de la ciencia están llevando a la pérdida irreparable de una generación entera de científicos. Se trata de mi generación, la generación joven de entre 30 y 40 años, compuesta de científicos que hemos salido, hemos trabajado en laboratorios de referencia en nuestros respectivos campos y hemos publicado en revistas de máximo índice de impacto. Esta generación se encuentra atrapada en una situación muy desafortunada: cuando llegan a la madurez científica necesaria para establecer sus propios grupos en España se encuentran, en la mayor parte de los casos, con las puertas cerradas. Muchos consiguen volver, pero tienen que conformarse con ser considerados postdocs seniors y no consiguen estabilizarse, teniendo en muchos casos que dejar la ciencia. Esta situación es reversible cuando el Gobierno, sea del color que sea, lo decida. El Gobierno tiene que priorizar la ciencia en sus planteamientos económicos de futuro, financiándola para que llegue a ser el motor económico, como es el caso en países mucho más avanzados científicamente. Además, el Gobierno debe proporcionar las condiciones que permitan acoger a esa nueva generación de científicos ofreciéndoles contratos estables y unas condiciones dignas de trabajo. Esto es esencial para dinamizar la ciencia en este país y evitar que envejezca científicamente.

«El Gobierno tiene que priorizar la ciencia en sus planteamientos económicos de futuro, financiándola para que llegue a ser el motor económico, como es el caso en países mucho más avanzados científicamente»

Como he dicho al principio, en mi caso, la vuelta a España ha sido una historia bastante feliz. Hace ahora dos años me reincorporé al CRAG. Este centro ha constituido una plataforma ideal para desarrollar mi línea de investigación. El CRAG es un centro mixto formado por dos universidades (la de Barcelona y la Autónoma de Barcelona) y dos centros de investigación (el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias-IRTA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas-CSIC), cuya misión es posibilitar la transferencia de conocimientos del laboratorio al campo. Para ello, el CRAG cuenta con un amplio abanico de grupos de investigación que llevan a cabo tanto investigación básica como aplicada en temáticas diversas como son el estudio del desarrollo de las plantas, su metabolismo, así como las respuestas al estrés ambiental.

Mi integración en el CRAG ha sido posible, sobre todo, por el apoyo recibido del doctor Marc Valls, Profesor de la Universidad de Barcelona e investigador den CRAG. Él entró en contacto conmigo durante mis años de postdoc en Estados Unidos, ofreciéndome su apoyo para volver a España y proponiéndome, en base a nuestra afinidad de intereses científicos, unir fuerzas y formar grupo con él. Tras obtener financiación europea para empezar mi propia línea de investigación, decidí volver y el doctor Valls me acogió en su laboratorio. Juntos lideramos un grupo de investigación joven y dinámico dirigido al estudio de los mecanismos que regulan la interacción planta-patógeno, desarrollando herramientas que permitan ayudar a prevenir enfermedades de interés agroeconómico. Para ello, nuestro grupo combina proyectos de ciencia básica orientados a diseccionar mecanísticamente el sistema inmune vegetal, así como proyectos más aplicados en colaboración con diversas empresas dirigidos a desarrollar productos potencialmente comercializables. Nuestra investigación se nutre, además, de numerosas colaboraciones internacionales y consorcios científicos de los que formamos parte. El doctor Valls es una grandísima persona que me ha enseñado con la práctica que, con optimismo, comunicación transparente y, sobre todo, trabajo duro y persistencia, es posible para los jóvenes emerger como científicos independientes en España.

«El doctor Valls es una grandísima persona que me ha enseñado con la práctica que, con optimismo, comunicación transparente y, sobre todo, trabajo duro y persistencia, es posible para los jóvenes emerger como científicos independientes en España»

Ya, por último, quería aprovechar la ocasión para publicitar la biología molecular de plantas, que es un campo de investigación que en países científicamente punteros ya se considera línea científica prioritaria en la que se está invirtiendo generosamente. Tradicionalmente, se ha considerado la salud humana como el campo científico prioritario, pero, al final, las plantas son lo que nos nutre y la fuente principal de energía renovable. Según predicciones de Naciones Unidas, la población mundial crecerá un 13% en los próximos 15 años y para el 2050 se espera que haya alcanzado los nueve mil millones de personas.

Por otro lado, a causa del cambio climático y la sobreexplotación agrícola, cada vez hay menos superficie de tierra arable y más sequía. Es, por ello, esencial disponer de plantas capaces de producir más aprovechando de manera más eficiente los recursos para abastecer a la creciente población mundial mediante cultivos sostenibles. Para generar esos cultivos será necesario seguir investigando e innovando en el campo de la biología molecular de plantas. Este ámbito científico se está convirtiendo en uno de los principales motores económicos a nivel mundial. Si España quiere ser competitiva en el futuro, debe fomentar la investigación en este campo, invirtiendo en proyectos y contratación estable de jóvenes talentos en esta especialidad.

«La biología molecular de plantas es un campo de investigación considerado línea científica prioritaria en países científicamente punteros donde se está invirtiendo generosamente»

En este sentido, el reconocimiento de la AEC es muy valioso ya que lo considero un voto de confianza no sólo a mi trayectoria, sino también a todo el campo de la biología molecular de plantas. Es un golpecito en la espalda que nos dice que estamos yendo por el buen camino y a mí me anima enormemente a seguir adelante.

Nuria Sánchez Coll Investigadora en el CRAG

Rafael Álvarez Molina

Investigador en el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla del CSIC

Discurso de entrega

En primer lugar, quisiera saludar a las autoridades académicas, miembros de la Junta de Gobierno de la Asociación Española de Científicos (AEC), socios, simpatizantes, compañeros y amigos.

Para mí supone una gran satisfacción poder participar en este acto de entrega de las Placas de Honor de la AEC y, más aún, presentarles al doctor Rafael Álvarez Molina, investigador contratado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en mi laboratorio, el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla, y con quien colaboro científicamente desde hace cinco años.

El doctor Rafael Álvarez Molina se licenció en el año 1998 por la Universidad de Granada, realizando posteriormente su tesis doctoral en la Universidad de Córdoba. Tras una estancia postdoctoral en la Universidad Técnica de Lisboa, Rafa, como lo conocemos en el laboratorio, llegó a Sevilla gracias al programa JAE-Doc del CSIC en el año 2009 para trabajar en una nueva línea de investigación de tipo fundamental, relacionada con la ingeniería de superficies y el control de procesos atomísticos en recubrimientos nanoestructurados. Se podrían comentar muchos aspectos de su currículo: no sólo son destacables sus cerca de 50 publicaciones científicas en revistas internacionales de reconocido prestigio, sino también que, habiendo trabajado en cuatro grupos de investigación diferentes, sea el autor principal de más de 40.

«Los trabajos de Álvarez Molina sobre la producción de capas de oro nanoporoso, con aplicaciones en catálisis y eliminación de gases nocivos para el medioambiente, han aparecido en numerosos medios de comunicación españoles e internacionales por su gran utilidad industrial, impacto económico y valor social»

Sus resultados ponen de manifiesto la importancia hoy en día de la investigación fundamental orientada: por ejemplo, a partir de sus cálculos y experimentos fundamentales, el doctor Rafael Álvarez Molina ha estudiado cómo diferentes átomos y moléculas en fase gaseosa se pueden aglomerar y estructurar sobre una superficie, permitiendo el desarrollo de una nueva técnica para fabricar películas nanoestructuradas mediante plasmas. Cabe destacar sus trabajos sobre la producción de capas de oro nanoporoso, con aplicaciones en catálisis y eliminación de gases nocivos para el medioambiente, que aparecieron comentados en numerosos periódicos y medios de comunicación generalistas, tanto españoles como internacionales, por su gran utilidad industrial, impacto económico y valor social.

También, en los últimos meses, aplicando esos mismos principios fundamentales, ha conseguido desarrollar recubrimientos de titanio estructurados en la nanoescala, que pueden ser usados en la fabricación de implantes ortopédicos al evitar la proliferación de bacterias en su superficie, reduciendo la posibilidad de rechazo. En este sentido, el doctor Álvarez Molina, junto a un equipo mixto de investigadores del CSIC y de la Universidad Complutense de Madrid, ha ganado recientemente el premio IDEA2de innovación biomédica organizado por la Comunidad de Madrid y el Massachusetts Institute of Technology, que destaca este material como uno de los más prometedores para aplicaciones futuras.

Además de su talento científico, también es importante mencionar su gran capacidad de trabajo: en lo que llevamos de año ha publicado seis artículos en revistas internacionales de prestigio, cinco de ellos como autor principal, ha presentado dos patentes industriales y ha registrado un programa de ordenador de simulación. De hecho, no es raro verle llegar al laboratorio de los primeros por la mañana, y ser de los últimos en irse por la tarde/noche. Aun así, uno de los problemas actuales de Rafael reside en estabilizarse laboralmente como investigador, esa situación a la que nos hemos tenido que enfrentar los científicos de plantilla en algún momento de nuestras vidas. Es verdad que la coyuntura actual no es buena para la estabilización de los jóvenes científicos, pero también es tarea de todos nosotros, investigadores maduros y experimentados, la de intentar que estos tengan oportunidades de futuro y pedirles a los gestores que proporcionen el marco adecuado para que estos científicos puedan devolver a la sociedad, con su talento, descubrimientos y duro trabajo, lo que tanto hemos invertido en formarlos.

«El doctor Rafael Álvarez Molina es uno de los talentos jóvenes más prometedores en el área de la Ciencia de Materiales, tanto por su nivel científico como por el impacto de sus investigaciones»

El doctor Rafael Álvarez Molina es, en mi opinión, uno de los talentos jóvenes más prometedores en el área de la Ciencia de Materiales, tanto por su nivel científico como por el impacto de sus investigaciones. Quisiera trasladar aquí mi más sincera enhorabuena a Rafael por este merecido reconocimiento, a sus seres queridos y amigos, colaboradores científicos y colegas de profesión. Desearle más éxitos científicos en esta época azarosa que nos ha tocado vivir, y que pueda continuar esta prometedora carrera que lleva como investigador muchos años.

Muchas gracias por su atención.

Alberto Palmero Acebedo Científico Titular del CSIC. Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla

Respuesta del galadonado

Una de las mayores satisfacciones personales en la carrera de un científico es, en mi opinión, el reconocimiento por parte de otros científicos. Esa cita a tu trabajo en una revisión de campo, o ese comentario elogioso del revisor de uno de tus artículos, son algunas de las cosas que ponen en valor los sacrificios que uno hace para poder dedicarse a esto de la ciencia.

Por eso, esta Placa de Honor concedida por la Asociación Española de Científicos (AEC) es para mí una tremenda alegría por la que estoy muy agradecido. Agradecido a la AEC, y también a todas las personas que han contribuido a que yo esté aquí ahora.

«Quiero agradecer a mi mujer y a mis hijos su comprensión y todo el tiempo que me han regalado y me regalan para que pueda seguir intentando cumplir mi sueño de vivir de la ciencia»

No voy a nombrarlas a todas, ya que sería una lista muy larga, que abarcaría desde mi primer profesor de Física de EGB hasta el director del grupo en el que trabajo actualmente, pasando por mis directores de tesis, multitud de colaboradores pre y postdoctorales, padres, hermanas, familiares, amigos… Pero, sí que quiero hacer unas breves menciones especiales: quiero agradecer al doctor Pedro José Sánchez Soto, del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (ICMS) que presentara mi candidatura para esta distinción. También quiero darle las gracias al doctor Alberto Palmero, con el que he estado trabajando en el ICMS los últimos cinco años, por su apoyo incondicional, por su paciencia y por mantener esa sensación de descubrimiento y aventura que hace que investigar sea tan divertido. Y, finalmente, quiero agradecer a mi mujer, Fina, y a mis hijos, Julia y Carlos, su comprensión y todo el tiempo que me han regalado y me regalan para que pueda seguir intentando cumplir mi sueño de vivir de la ciencia. Ellos son los auténticos mecenas de la vocación científica.

Ya a comienzos del siglo XIX Mary Shelley hizo decir a su personaje Victor Frankenstein: «Quien no haya experimentado la seducción que la ciencia ejerce sobre una persona, jamás comprenderá su tiranía». Todos los científicos y familiares de científicos que estamos aquí esta noche sabemos de la seducción y la tiranía de la ciencia. Y es que para dedicarse a esto hay que tener vocación; sólo así se entiende que uno acepte estar en una situación tan precaria como es la de investigador joven hasta cerca de los 40 años, y que, encima, se considere el más afortunado del mundo por poder dedicarse a hacer lo que más le gusta.

«Con la Nanotecnología estamos al borde de una revolución tecnológica de esas que ponen nombre a una Edad, como lo hizo el desarrollo de herramientas de piedra, de bronce, de hierro, o las máquinas de vapor»

Pero, es que, si prestamos atención al estado del arte actual de la ciencia, veremos que verdaderamente hay motivos para sentirse afortunado, ya que estamos al borde de una revolución tecnológica de esas que ponen nombre a una edad, como lo hizo el desarrollo de herramientas de piedra, de bronce, de hierro, o las máquinas de vapor.

Decía Arthur C. Clarke: «Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia», y estamos viendo avances que realmente parecen magia, como prótesis controladas por la mente, enjambres de robots voladores, o impresión 3D de tejidos vivos. Y en el centro de esta revolución está la nanotecnología, dispuesta a cambiar nuestro mundo, desde la nanomedicina a los nanorobots, pasando por los materiales inteligentes. Y ahí es adonde hemos apuntado nuestra línea de investigación, a la nanotecnología. Nuestro objetivo final es manipular el ensamblaje de átomos y moléculas sobre superficies para controlar no sólo la composición química del material, sino también su estructura en la escala nanométrica, y poder así crear nanomateriales «a la carta». Esta es una tarea apasionante, pero muy compleja. Nuestro enfoque ha sido partir de lo más sencillo e ir aumentando la complejidad progresivamente, siempre apoyándonos en la comparación entre simulaciones por ordenador y medidas experimentales en condiciones cuidadosamente escogidas. Algunos de los frutos que hemos recogido han sido el descubrimiento y control de un modo de crecimiento universal de materiales nanoestructurados, que está presente en mayor o menor medida en todos los sistemas de crecimiento de materiales mediante técnicas de vacío; también podemos controlar la nanoestructura y la nanoporosidad de recubrimientos de oro, lo que ha llevado a una patente sobre la creación de oro nanoestructurado que absorbe gran parte de la luz visible, y que nosotros llamamos «oro negro», aunque no está hecho de petróleo, sino de oro; y más recientemente hemos desarrollado recubrimientos de titanio para implantes ortopédicos con una nanoestructura que les hace biocompatibiles con el cuerpo humano, a la vez que impide la adhesión de bacterias.

«Hemos desarrollado recubrimientos de titanio para implantes ortopédicos con una nanoestructura que les hace biocompatibiles con el cuerpo humano, a la vez que impide la adhesión de bacterias»

Para finalizar, quisiera destacar que todos los resultados de los que he hablado tienen una componente importante de simulación por ordenador. Decía Nikola Tesla, en relación con la necesidad de planificar bien las condiciones de un experimento: «Todos cometemos errores, así que lo mejor es cometerlos antes de empezar». Uno de los objetivos últimos de nuestra línea es el diseño por ordenador de materiales nanoestructurados que nos permitirá equivocarnos, primero, virtualmente, antes de llevar una aplicación tecnológica a la industria.

Muchas gracias.

Rafael Álvarez Molina Investigador en el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla del CSIC

UNIPRO-El Perelló

Vicent Villegas – Presidente de UNIPRO Perelló

Discurso de entrega

Presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), Jesús Mª Rincón, y miembros de su Junta de Gobierno, señor presidente de la Cooperativa Unión Protectora de El Perelló (UNIPRO-Perelló), Vicente Villegas, y colaboradores.

Señoras y señores, se entrega la Placa de Honor 2014 de la AEC a la Cooperativa Agrícola Unión Protectora de El Perelló Señor (UNIPRO-Perelló), que tiene su sede en los alrededores de la Albufera de Valencia, por su participación en un programa de investigación sobre Alternativas a los Fumigantes del Suelo en Horticultura, especialmente verduras chinas (cultivos orientales), del que es uno de los mayores productores en nuestro país, sobre un proyecto en Biodesinfección de Suelos.

Este proyecto de I+D+i se enmarca en el Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, especialmente para la eliminación del bromuro de metilo (BM), fumigante de suelos agrícolas que destruye la capa de ozono de la estratosfera, que, como bien saben los presentes, es la que nos protege de los rayos ultravioletas de la luz solar altamente tóxicos produciendo cáncer de piel y cataratas en los ojos. Nuestro país, España, era en el año 1992 el cuarto país consumidor del mundo de este peligroso fumigante y, al mismo tiempo, es miembro del Methyl Bromide Technical Options Committee (MBTOC), comité de las Naciones Unidas para encontrar alternativas.

«En 1992, España era el cuarto país consumidor del mundo del bromuro de metilo, un peligroso fumigante de suelos agrícolas que destruye la capa de ozono de la estratosfera»

La metodología seguida con todo rigor en el inicio de esta investigación fue encontrar en los sistemas agrarios procesos con una función similar a los fumigantes, centrándose en los gases de la descomposición de la materia orgánica, especialmente estiércol, restos agrarios y de cultivos, elaborando un programa de investigación para determinar su eficacia como alternativa. Para el desarrollo de esta investigación, que considero fundamental para mejorar nuestra calidad de vida, se contó con la colaboración de los técnicos Julio Quilis y José Herrero en los invernaderos del agricultor José Ballester, que esta noche con su hijo Raúl se encuentran con nosotros, así como los demás técnicos y agricultores, pero, especialmente el gerente de UNIPRO, José Beltrán, los diferentes presidentes de la Cooperativa, la colaboración de Ana Cano de las Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, contándose además con el apoyo de investigadores invitados y autoridades de esta Comunidad.

Los resultados se han recogido en un interesante vídeo que les recomiendo disfrutar en la página web de Tekieroverde, dirigida por el director de documentales, Alejandro Gallego, y que son sorprendentes desde un primer momento por su eficacia para el control de los patógenos en el suelo con incremento de los organismos beneficiosos, lográndose con estos criterios agroecológicos la biodesinfección de suelos en el resto de las fincas y en otras áreas.

«La sinergia entre todos los agentes del proceso de I+D+i empresarial demuestra que, en nuestro país, es realmente posible llegar al éxito científico y tecnológico, como ponen de relieve los resultados obtenidos en el caso de UNIPRO»

Queremos recordar, además, que como prueba de reconocimiento a la metodología y de los principios de los que parte esta investigación en el campo de la agroecología, en el año 2013, nuestra asociación concedió la Placa de Honor a la empresa Mercado Rivera de la Costa Noroeste de Cádiz (Chipiona- Sanlúcar y Rota) en flores y plantas ornamentales. Este galardón que concede la AEC demuestra, una vez más, que la sinergia o integración entre todos los agentes que intervienen en el proceso de I+D+i empresarial (gerencia, técnicos, agricultores en este caso, agentes locales y autonómicos, en estrecha comunicación con los científicos) permite que, en nuestro país, sea posible llegar al éxito científico y tecnológico, como ponen de relieve los resultados obtenidos en el caso de UNIPRO.

Así pues, gracias a UNIPRO por aceptar dicho galardón y, una vez más, mis felicitaciones a todos los premiados en esta ocasión.

Antonio Bello Pérez Profesor de Investigación del CSIC

Respuesta del galardonado

Señor presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC) y miembros de su Junta de Gobierno, doctor Bello, querido Antonio, señoras y señores.

Como presidente de la Cooperativa Unión Protectora de El Perelló (UNIPRO-Perelló) debo trasladar nuestra gratitud a la AEC por distinguir a esta humilde empresa con la Placa de Honor 2014 en reconocimiento a nuestra labor de producción mediante un modelo sostenible, en términos económicos y ambientales, a través de una metodología científica y participativa.

«Gracias a la AEC por distinguir a UNIPRO-Perelló en reconocimiento a nuestra labor de producción mediante un modelo sostenible y a través de una metodología científica y participativa»

Dijo Cicerón que «La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo, y la ocupación más digna para todo hombre libre». En la Cooperativa UNIPRO-Perelló somos sencillos, amamos la agricultura y nos sentimos honrados y orgullosos de practicarla en un espacio tan singular como único: en el Parque Natural de La Albufera de Valencia.

Para aquellos que aún no han tenido la oportunidad de conocernos, además de invitarles a hacerlo, voy a ofrecer algunos datos que van a permitir de forma fácil hacerse una idea de nuestra labor, nuestra empresa y nuestros productos. UNIPRO-Perelló nace en el año 1950 de la necesidad de agrupar a los agricultores para favorecer y facilitar la adquisición de productos fertilizantes necesarios para el cultivo en los suelos arenosos que componen su área productiva: una estrecha franja de arena entre el mar Mediterráneo y el lago de la Albufera, con más contras que pros:

  • Una rigurosa normativa que rige los designios del Parque Natural de la Albufera.
  • Intrusiones de agua marina que ponen en jaque a nuestras cosechas.
  • Vientos cargados de sal que provocan lesiones y quemaduras en los cultivos.
  • Turismo, muchas veces incomprensivo con los quehaceres y los olores del campo.

La Cooperativa ha sabido, con gran acierto y maestría, no sólo superar los obstáculos, sino hacer de ellos atributos diferenciadores que han incrementado la calidad de los procesos y los productos:

  • Cortavientos para frenar los daños de los vientos salinos.
  • Invernaderos cada vez más tecnificados y sofisticados para que los cultivos crezcan con mimo.
  • Sistemas de riego para optimizar el uso del agua.
  • Técnicas de cultivo compatibles con el respeto medioambiental del Parque Natural.
  • Nuevos cultivos y nuevas variedades.
  • Implantación de sistemas y referenciales de calidad certificables (ISO 9001, ISO 14000, Global GAP).

«En esta pequeña empresa, COOPERACIÓN se escribe con mayúsculas, como también se escribe con mayúsculas INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN y MODERNIZACIÓN»

En esta pequeña empresa, COOPERACIÓN se escribe con mayúsculas, como también se escribe con mayúsculas INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN y MODERNIZACIÓN. La innovación en UNIPRO-Perelló se vive al día. Se innova cada vez que uno se calza para ir al trabajo, al campo, a los invernaderos, a la central Cooperativa. Se innova con ilusión porque la Cooperativa es una organización sólida y vertebrada que respalda los pasos de cada agricultor socio.

La innovación nace en no pocas ocasiones de la necesidad derivada de situaciones difíciles y soluciones complejas. A finales de la década de los años 80 del pasado siglo XX, la situación de la agricultura en la zona era muy delicada, como lo era también la de la Cooperativa. En un golpe de efecto, la Cooperativa decidió apostar por los cultivos orientales como una alternativa y un complemento a los cultivos tradicionales de la horticultura valenciana (tomate y sandía eran muy representativos en esta zona, y otros como pimiento, berenjena o patata). Los suelos estaban agotados, cansados de «siempre lo mismo» y enfermos. Los desinfectantes cada vez eran menos efectivos y los agricultores cada vez se gastaban más dinero en el cultivo; pero, no obtenían mejores resultados de las cosechas, ni en producción, ni en calidad, ni en precios.

El Protocolo de Montreal (elaborado en 1987 bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y que entró en vigor el 1 de enero de 1989) anunciaba a principios de los 90 la retirada paulatina del bromuro de metilo, el desinfectante de amplio espectro más utilizado. En fin, el panorama no era alentador. La Cooperativa, lejos de «arrugarse», sacó pecho y comenzó a desarrollar de forma programada los cultivos orientales, diversificando el sistema productivo con estas rotaciones que permitían sanearlo y reducir el empleo de desinfectantes.

«A finales de la década de los ochenta, UNIPRO-Perelló comenzó a desarrollar de forma programada los cultivos orientales, diversificando el sistema productivo con rotaciones que permitían sanear los suelos y reducir el empleo de desinfectantes»

A la par, de la mano de los investigadores más prestigiosos, liderados por el doctor Antonio Bello, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y, en aquella época, director del laboratorio de referencia de nematodos del Ministerio de Agricultura, comenzó a desarrollar una línea sostenible de manejo del suelo mediante técnicas ambientalmente positivas. Todo este trabajo de investigación aplicada y participativa, en estrecha colaboración con los agricultores (¡cómo no recordar los desvelos de Curro, Esteve, Emilio, Miguel y algún otro socio cuando estaban en plena transición!) y los técnicos de la Cooperativa, ha derivado con los años en la reconocida técnica de la biodesinfección, que, resumido a mi manera, es algo así como «el empleo de materia orgánica para sanear el cultivo».

«Todo este trabajo de investigación aplicada y participativa, en estrecha colaboración con los agricultores y los técnicos de la Cooperativa, ha derivado en la reconocida técnica de la biodesinfección»

Trabajo que, como bien saben ustedes, ha sido objeto de múltiples publicaciones científicas, premios y reconocimientos. Trabajo también que ha sido esencial para el desarrollo sostenible de nuestro modelo productivo; que ha facilitado la obtención por la Cooperativa de la Certificación de Calidad del Parque Natural de La Albufera; y, ¡cómo no!, que ha contribuido notablemente para que esta noche UNIPRO-Perelló esté ante ustedes.

También quiero referirles el reconocimiento obtenido por UNIPRO-Perelló en 2013 cuando fue distinguida como la mejor Cooperativa Agroalimentaria de la Comunitat Valenciana por la Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana, con motivo de la celebración del 91 Día Mundial del Cooperativismo, movimiento vertebrador de la economía social.

UNIPRO-Perelló cuenta en la actualidad con 232 socios, de los cuales, 80 son productores, que se encargan de abastecer los mercados europeos más exigentes con una amplia gama de productos orientales que cultivan en los ciclos de otoño-invierno; y cubrir el mercado interior con productos del terreno que se cultivan en la temporada de primavera-verano. Todos ellos han logrado que la Cooperativa alcance una cifra de negocio de 8.862.393 € en el ejercicio 2013. A todos ellos nuestro recuerdo y agradecimiento.

No puedo despedirme sin agradecer también a toda la plantilla de profesionales que forman parte de la Cooperativa: técnicos, comerciales, personal de administración, de las tiendas; y de forma muy especial al director, José Luis Beltrán Marco, que capitanea el equipo desde hace más de seis lustros; a mis compañeras y compañeros del Consejo Rector, que son mis cómplices para acatar los mandatos de la Asamblea de Socios; y a Emilio Martínez, el presidente que me precedió en el cargo, el que, con gran generosidad, me ha enseñado la esencia de la Cooperativa y de la Cooperación, el que ha dejado un ADN especial en la empresa, fruto de más de 20 años de dedicación sin fisuras.

«Con el firme compromiso de seguir trabajando para compatibilizar ciencia, calidad y medio ambiente, reitero el agradecimiento de la Cooperativa UNIPRO-Perelló a la AEC por este reconocimiento»

Con el firme compromiso de seguir trabajando para compatibilizar ciencia, calidad y medio ambiente, reitero el agradecimiento de la Cooperativa UNIPRO-Perelló a la AEC por este reconocimiento.

Vicent Villegas Presidente de UNIPRO-Perelló

COTEVISA

Lorenzo García – Director científico de COTEVISA

Discurso de entrega

Es para mí un honor presentar a la empresa modelo COTEVISA en la figura de su director científico Doctor Lorenzo García, al cual conozco desde años, entusiasta e imaginativo por naturaleza, con grandes ideas y trabajador incansable.

García es el impulsor y dinamizador del mayor laboratorio de cultivo in vitro de España y segundo de Europa, con una capacidad de producción de hasta 12 millones de plantas con más de 30 años en el mercado.

«COTEVISA es el mayor laboratorio de cultivo in vitro de España y segundo de Europa, con una capacidad de producción de hasta 12 millones de plantas con más de 30 años en el mercado»

Siempre se ha distinguido por ser una empresa ejemplar en la colaboración con Universidades y Centros de Investigación, en particular con la Universitat Politècnica de València por la que el Consejo Social de Valencia otorgó a COTEVISA el Premio a la Cooperación Universidad Sociedad.

COTEVISA es una empresa innovadora en el sector, que lidera y participa desde el año 1990 en numerosos proyectos I+D en el área de Biotecnología, sobre saneamiento, producción y mejora en diferentes especies vegetales. Concretamente, saneamiento por meristemos, caracterización molecular de variedades, micorrización forestal y de frutales, transformación genética, etc., siendo el primer vivero de España que incorporó estas tecnologías para la multiplicación de leñosas habiendo desarrollado y optimizado la selección y multiplicación de diferentes clones de estos cultivos.

Este gran laboratorio de cultivo in vitro ofrece actualmente más de 60 millones de plantas micropropagadas y más de un centenar de especies diferentes. La micropropagación in vitro, como sabéis, consiste en la producción masiva de plantas dentro de vasos de plástico o cristal conteniendo medios de cultivo estériles, y es la tecnología que representa la mejor alternativa disponible actualmente para la clonación rápida. Los materiales seleccionados en condiciones sanitarias óptimas han hecho del cultivo in vitro la mejor herramienta con la que contamos actualmente para la multiplicación clonal de estos materiales.

COTEVISA ofrece toda la variedad de productos para el cultivo in vitro y micropropagación: desde la planta clonal, la planta sana y libre de virus, la planta contenedor a plantar en cualquier época del año, y la planta micorrizada que facilita la implantación e incrementa la resistencia frente a sequía. Posee una gran variedad de portainjertos, un método muy adecuado de propagación vegetativa, ya que permite el uso de portainjertos resistentes a nemátodos, los cuales constituyen uno de los factores limitantes de mayor importancia. COTEVISA continúa siendo en la actualidad el único centro a escala mundial en propagación industrial de variedades de olivo por cultivo in vitro, habiendo puesto a punto un procedimiento eficiente para la propagación in vitro de material adulto de olivo, material muy recalcitrante a la micropropagación. Y, también en agroforestales, COTEVISA dispone de especies de interés tales como Pawlonia, olmo, y cardo, con campos de aplicación muy amplios, en agronomía, agroenergía y agroindustria. Es importante mencionar el interés e impulso de COTEVISA en la agroenergética, ciencia que trata del cultivo de vegetales destinados a producir energía y de la tecnología necesaria para transformar el material orgánico en combustible utilizable con varias especies seleccionadas.

«Es importante mencionar el impulso de COTEVISA en la agroenergética, ciencia que trata del cultivo de vegetales destinados a producir energía y de la tecnología necesaria para transformar el material orgánico en combustible»

Otro tema de gran interés en bioenergía es un proyecto sobre la selección y obtención de clones adaptados de Nicotiana glauca (el «tabaco moro») para su uso en programas medioambientales de regeneración de suelos y cultivos bioenergéticos. En el marco de esta propuesta, COTEVISA ha contactado con nuestro grupo de investigación Biotecnología de Plantas Cultivadas, del Centro de Investigaciones Biológicas, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIB-CSIC), para participar en el mismo con un programa que ha sido recientemente presentado en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). El objetivo de esta colaboración público-privada es explorar el desarrollo de un sistema in vitro de obtención de nuevas variedades en Nicotiana glauca mediante el desarrollo de protocolos enfocados a la obtención de nuevos clones homocigotos (doble haploides a partir de embriogénesis de microsporas) de plantas de N. glauca seleccionadas frente a mayor tolerancia al estrés hídrico.

La colaboración de nuestro grupo de Biotecnología del Polen con la empresa COTEVISA y, en concreto, con su director científico Doctor Lorenzo García ha sido de gran ayuda en nuestra andadura científica, siempre muy receptivo e interesado en nuestro trabajo sobre doble haploides en las distintas especies de interés agroalimentario y agroforestal.

Es muy importante en ciencia colaborar con compañeros del máximo prestigio y valía, pero es más importante cuando estos compañeros te dedican, siempre, siempre que lo requieres, su interés, su atención, su ayuda y lo, más importante, su amistad.

«Es muy importante en Ciencia colaborar con compañeros del máximo prestigio, pero es más importante cuando estos compañeros te dedican su interés, su atención, su ayuda y su amistad»

Mil gracias, Lorenzo, y que nuestra relación y colaboración siga y siga.

María del Carmen Risueño Almeida Profesora de Investigación CIB-CSIC

Respuesta del galardonado

Quiero mostrar ante todo mi sorpresa y mi agradecimiento a la Asociación Española de Científicos (AEC) por haber pensado en la empresa Comercial Técnica y Viveros (COTEVISA) y, concretamente, en su Departamento de I+D para la convocatoria de los premios de la AEC de este año 2014.

Cuando COTEVISA, un vivero dirigido por tres viveristas de la antigua escuela (plantas producidas por estaquillado e injerto tradicional), comenzó su trayectoria hace ya más de 30 años, tomó la decisión de optar por la diferenciación del resto de viveros y decidió invertir en la creación del primer laboratorio de cultivo in vitro de España dedicado exclusivamente a cultivos leñosos.

Durante este tiempo, se han producido más de 40 millones de plantas de diferentes especies. Actualmente, es uno de los mayores laboratorios de producción de leñosas por cultivo in vitro del mundo y un referente tanto a escala nacional como mundial del mismo, gracias al cual se está colaborando con diferentes empresas de otros países en la cesión de tecnología y desarrollo de proyectos en común.

«COTEVISA es uno de los mayores laboratorios de producción de leñosas por cultivo in vitro del mundo y un referente, tanto a escala nacional como mundial, del mismo»

Cuando en 1985 pasé a formar parte de la empresa e iniciarme en el cultivo in vitro, decidí que mi trabajo era la investigación y no la docencia en institutos. Tuve la suerte de que me despidiesen de COTEVISA y poder volver al ámbito universitario para realizar el doctorado. Retornar con más edad y, sobre todo, con experiencia, me permitió madurar y conocer a una serie de investigadores con los que trabajé en diferentes proyectos, como don José Alberto Pardos, Catedrático de Genética de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid (ETSIAM) o don Jesús Fernández, catedrático de Botánica de la Universidad Politécnica de Madrid.

Colaborar con ellos fue un enriquecimiento personal y científico que me ayudó a definir cuáles serían las líneas maestras en los que más tarde se trabajaría en COTEVISA. Cuando los dueños del vivero vinieron de nuevo a buscarme para la incorporación a la empresa, exigí la creación de un Departamento de I+D propio, totalmente independiente del vivero y separado en costes e inversión de la parte de producción.

Para un vivero tradicional aceptar la creación de un Departamento de I+D era algo cuando menos chocante. Se planteó la contratación de dos personas y que este departamento trabajara como autogestión, tanto de proyectos como de fondos para su financiación. La libertad de trabajo ha sido absoluta y desde un principio se me permitió tanto elegir mi personal como las líneas de investigación. El trabajo durante estos casi 25 años de vida del Departamento de I+D ha sido muy gratificante y nos ha permitido conocer y crecer junto a importantes grupos de investigación de diferentes universidades europeas, así como con empresas de características similares de otros continentes.

«Para un vivero tradicional aceptar la creación de un Departamento de I+D era algo cuando menos chocante. Si bien para cualquier empresa tomar conciencia de crear un departamento de investigación es algo inherente a su necesidad de sobrevivir»

Para cualquier empresa tomar conciencia de crear un departamento de investigación es algo inherente a su necesidad de sobrevivir. El mundo agrícola y forestal está cambiando con tal rapidez que los cultivos que hoy son rentables, en apenas cinco años dejan de serlo. Buscar nuevas líneas de trabajo, implicarse socialmente con las zonas en las que te mueves para conocer cuáles son los recursos humanos y económicos de que se disponen y, en función de ellos, buscar nuevas líneas de negocio basadas en nuevos clones y especies, es algo que va a permitir el desarrollo tanto de la empresa como de los agricultores.

La necesidad de mejorar genéticamente las especies con las que se trabajaban, poner a punto nuevos protocolos de multiplicación in vitro o buscar nuevas especies es la base sobre la que se ha venido trabajando en el Departamento de I+D de COTEVISA durante todos estos años. Siempre partiendo desde la colaboración con centros públicos de investigación, que son la fuente de conocimiento con las que nos hemos podido nutrir para realizar los diferentes proyectos.

Universidades, tanto nacionales como la Universitat de València, la Universitat Politècnica de València (UPV) o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Granada, como otras internacionales como el Institut national de recherche pour l’agriculture (INRA) de Dijon, el Max Planck, la Universidad de Turín, etc., han sido centros de investigación con los que COTEVISA ha colaborado activamente para el desarrollo de diferentes programas de investigación.

Las primeras determinaciones de variedades vegetales en Prunus por PCR se hicieron a mitad de los noventa. Las primeras sondas para identificación de micorrizas por ADN mediante primers específicos se llevaron a cabo, también, a principios de los 90. Otros trabajos como los llevados a cabo con el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (UPV-CSIC) nos permitieron obtener diferentes mutantes y transgénicos de portainjertos de melocotoneros. En total, un sinfín de nuevas ideas y proyectos que siempre surgían de la curiosidad de la empresa y del acompañamiento de estas ideas por parte de los investigadores que se abrían a colaborar en nuevas líneas de trabajo.

«Investigar en común es crecer tanto personal como intelectualmente. La investigación no es más que intentar saciar una curiosidad que sólo se cubre en la confianza y el disfrute del grupo con el que trabajas»

Todo ello ha sido un cúmulo de experiencias; las que, después de 25 años, me han permitido obtener amigos y conocimiento. Disfrutar de la investigación en común es crecer tanto personal como intelectualmente. Hay que tener claro que la investigación no es más que intentar saciar una curiosidad y que esta sólo se cubre en la confianza y el disfrute del grupo con el que trabajas. Poder elegir mis compañeros y ayudarles y ayudarnos es lo mejor que tengo después de todo este tiempo.

Actos como los de hoy en los que me reencuentro con amigos que he conocido durante todos estos años, y la seguridad de que los proyectos que se han ido creando han permitido que esta empresa sobreviva en estos tiempos de crisis, justifican el objetivo de tantos años de trabajo y, sobre todo, de disfrute de una actividad con la que espero seguir durante muchos años.

Agradezco de nuevo a la AEC este premio que nos otorga y que es tanto para COTEVISA, por permitirnos crear un Departamento de I+D, como para el personal de laboratorio del vivero que han ayudado a crear este Departamento. Así como a los científicos en su momento, hoy amigos, que he hecho durante estos años de investigación y que, gracias a su colaboración, nos han permitido crecer y disfrutar de la ciencia, nuestra pasión-

«Gracias a la AEC por su premio y gracias también a los científicos con los que hemos podido crecer y disfrutar de la ciencia, nuestra pasión»

Lorenzo García Director científico de COTEVISA

FLEXIBRICK

Lluis Pinardel – Director de Flexibrick

Discurso de entrega

Flexbrick, empresa del sector de la arquitectura que se dedica al diseño, fabricación e instalación de tejidos cerámicos en la edificación, es una joven empresa consorciada por MALPESA y PIERA, dos reconocidos fabricantes de materiales de construcción de la arcilla cocida y miembros de la asociación Hispalyt, que ya en ediciones anteriores tuvo la Asociación Española de Científicos (AEC) a bien galardonar por su apoyo a la I+D+i con estos materiales, tan antiguos como la humanidad y relativamente «modestos» en comparación con materiales del siglo XXI; pero, que siguen aportando soluciones constructivas cada vez más punteras en este comienzo del siglo ya de Internet y de la investigación planetaria.

«Flexibrick es un magnífico ejemplo de que, gracias a un buen trabajo de investigación científica, es posible entroncar el trabajo de estudio con el producto final y su comercialización»

MALPESA está ubicada en Jaén, y, más en concreto, en Bailén, y PIERA, en Hostalets de Pierola, en Cataluña, y son las promotoras de Flexibrick, a la que tenemos el gusto de galardonar con la Placa de Honor AEC 2014 por sus méritos en I+D+i y por sus desarrollos y comercialización de sistemas constructivos altamente innovadores realizados con materiales cerámicos. Esta empresa es un magnífico ejemplo de que el sector de la construcción sigue investigando, a pesar de la reciente crisis, y de que, gracias a un buen trabajo de investigación científica, desarrollado por el también joven profesor Vicente Sarrablo, doctor arquitecto, director de la Cátedra Cerámica de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), es posible entroncar el trabajo de investigación con el producto final y su comercialización.

«El sistema Flexbrick permite revestir y rehabilitar construcciones con un tejido cerámico de arcilla cocida con versatilidad de diseños y aportando soluciones prácticas para su instalación en los edificios»

El sistema Flexbrick es un sistema constructivo que permite revestir y rehabilitar construcciones con un «tejido cerámico» de materiales de arcilla cocida con versatilidad de diseños y aportando soluciones prácticas y de relativa facilidad de instalación a los edificios y lugares públicos. Su uso y aplicaciones cuentan ya con numerosas realizaciones de las que ya disfrutan los ciudadanos, tanto en Cataluña como en otras regiones españolas, y también en ciudades europeas como es el caso de Toulouse y de Montpellier, en donde se ha aplicado con éxito este sistema tanto en la realización de aparcamientos como en jardines con un resultado estético francamente sorprendente y amigable con el entorno. Por tanto, nuestra felicitación, no sólo a Vicente Sarrablo («el padre de este innovador sistema») y a su grupo de investigación en la Escuela de Arquitectura de la UIC, sino también al director, presente en este acto, y a los técnicos que le acompañan, como Jaume Colom. Igualmente, desde la AEC queremos hacer extensivo esta felicitación a los trabajadores de esta joven y emprendedora empresa, que saben que, dedicando su trabajo en una empresa altamente innovadora, su empleo podrá estar garantizado en un mundo como el actual cada vez más competitivo.

Para terminar, desearía recordar las palabras del Profesor Adell-Argiles, también catalán de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid que, en un reciente acto del 80 aniversario del IETcc (Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas) dedicado a los vidrios y materiales cerámicos, expresó de manera muy hermosa lo siguiente respecto al sistema Flexbrick: «[…] la magia de sus nuevas fachadas o interiores cautiva a los arquitectos que quedan prendidos en su tela de araña de cerámica flexible, lo que le augura un gran futuro […]», y añadió más adelante (extracto de Acta Cientifica y Tecnológica , nº 23, páginas 4 y 5 del año 2014): «[…] Sarrablo, como una nueva estrella en el firmamento, nos acaba de presentar un nuevo hito con sus tejidos cerámicos […] donde, gracias a una urdimbre de acero, es capaz de crear el armazón suficiente para jugar con superficies planas o de una curvatura en cualquier disposición espacial, abriendo así un campo inesperado y sorprendente en el uso de la cerámica en la arquitectura […]». Así pues, nos congratulamos con la concesión de este galardón deseando que sea un buen ejemplo para otras empresas españolas en donde el cambio de la innovación ya se va notando.

Jesús María Rincón Profesor de Investigación del CSIC-IETcc

Respuesta del galardonado

En primer lugar, quiero agradecer, en nombre de todo el equipo de Flexbrick, a la Asociación Española de Científicos (AEC) no sólo el hecho de que nos hayan otorgado está placa de honor, sino también de que una asociación científica de este nivel se haya fijado en el sector de la construcción para otorgar un premio.

Eso quiere decir que, a pesar de la situación, el mundo de la construcción está aún activo, por lo menos en lo que se refiere a I+D.

«Que una asociación científica del nivel de la AEC haya premiado a Flexibrick quiere decir que, a pesar de la situación, el mundo de la construcción está aún activo, por lo menos en lo que se refiere a I+D»

Quiero aprovechar la ocasión que me brinda la AEC en esta entrega de la placa de honor para reivindicar la investigación aplicada. Tanto Flexbrick como los proyectos que se han presentado hoy aquí son la demostración palpable de que se puede investigar con el objetivo de obtener productos que tengan aplicación en nuestro día a día, en nuestro trabajo, productos que sirvan en realidad para hacernos la vida mejor, productos que le resulten interesantes a nuestra industria, que vea en ellos una posibilidad de mejorar, de crecer y, por tanto, de explotarlos y comercializarlos, ya que es al fin y al cabo la manera en que la investigación se transforma en algo que alcanza a toda la sociedad.

«Es muy importante que los centros de investigación, los centros tecnológicos y, en general, la comunidad investigadora esté cerca de la industria»

Creo que es muy importante que los centros de investigación, los centros tecnológicos, la comunidad investigadora, al fin y al cabo, esté cerca de la industria. Pienso sinceramente que la estrecha colaboración entre los diferentes agentes (centros tecnológicos, centros de investigación, administración, industria, universidades, etc.) es la mejor manera de transformar el conocimiento en elementos que aporten mejoras a nuestra sociedad.

En ese sentido, Flexbrick es un ejemplo de ello y de cómo la colaboración, en este caso de profesionales de la arquitectura (el doctor arquitecto Vicente Sarrablo y el arquitecto Jaume Colom), de la ingeniería (el doctor ingeniero de caminos, Pere Roca), de las universidades (UPC y UIC), de la administración (Ministerio de Ciencia y Tecnología), de asociaciones empresariales (Hispalyt) y de la industria (Cerámica Piera y Cerámica Malpesa) -en este último caso se trata de dos empresas ladrilleras que además son competencia directa-, ha dado un paso adelante, permitiendo a todos ellos trabajar juntos y llegar a lo que hoy es una realidad, Flexbrick. Es por tanto, un caso de colaboración a varias bandas que ha tenido como resultado la transformación de una idea inicial en un proyecto y, finalmente, en el desarrollo de un producto, de un sistema constructivo único y diferente, que aporta grandes ventajas al mundo de la construcción y, por tanto, a la sociedad en general.

«Flexbrick es un caso de colaboración entre arquitectos, ingenieros, investigadores universitarios, gestores públicos y miembros de asociaciones empresariales e industriales que ha sabido transformar una idea en un proyecto que aporta grandes ventajas a la sociedad»

Finalmente, quiero decirles que sin la colaboración de todas y cada una de las piezas que he citado, de todas y cada una de las partes que han intervenido en el desarrollo de Flexbrick, este sistema no hubiera sido posible. Mi deseo es que nuestro caso sirva de ejemplo a otros, especialmente al mundo de la industria de los materiales de construcción, para que se animen a establecer alianzas de colaboración con otros agentes, y que nos dejemos de recelos y de egocentrismos que muchas veces truncan grandes proyectos.

«Deseo que nuestro caso sirva de ejemplo para que otras empresas puedan establecer alianzas de colaboración y dejar de lado recelos y egocentrismos que muchas veces truncan grandes proyectos»

Muchas gracias.

Lluis Pinardel

Director de FLEXBRICK