A cargo de José María Gómez de Salazar.
Catedrático de la UCM.
Para mí es un gran honor, participar en este acto de la entrega de las Placas de Honor que la Asociación Española de Científicos (AEC) organiza todos los años. A mí me corresponde presentar al profesor José María Guilemany.
Conocí a José María siendo alumno de cuarto curso de la especialidad de metalúrgica, en el año 1976, departamento que dirigía nuestro insigne maestro, el profesor Felipe Calvo.
Me acuerdo de que mi relación con el profesor Guilemany fue, en un principio, muy pequeña, pues, yo siendo alumno de cuarto curso de la especialidad, bajaba a los laboratorios del sótano, y veía a un profesor, alto, y con barba, que entraba en una pequeña aula y comenzaba a dar sus clases a los alumnos de metalurgia general. Esto ocurría en el año 1976.
No es hasta septiembre del año 1977 cuando empiezo a interesarme por la microscopía electrónica (comienzo de la tesina), y cómo no, fue el profesor Guilemany mi profesor y maestro en este campo. Comencé mi tesis doctoral en el año 1978, y me incorporé al departamento como ayudante de laboratorio en el año 1979. Es desde entonces de donde viene mi gran admiración y amistad hacia el profesor Guilemany. No es hasta que uno empieza a trabajar codo con codo con él cuando se da cuenta, no sólo de la cantidad de conocimientos científicos que posee, sino que observas cómo poco a poco va abriendo su corazón y te acepta como un discípulo querido.
Debo señalar que tuve un mal comienzo con el profesor Guilemany en mi primera intentona de ser miembro del departamento. Quizá esto es lo que me haya hecho ser una persona mejor, más capaz, y, sobre todo, considerarme un buen amigo suyo.
Desgraciadamente, es en el año de la lectura de mi tesis doctoral cuando el profesor Guilemany se incorpora a la Universidad de Barcelona, en 1982.
Al profesor Calvo y al él, más concretamente, les debo que hoy sea catedrático, pues sin sus valiosos consejos no habría alcanzado este estatus.
También debo indicar que, junto a él, he aprendido que el buen hacer es importantísimo en todos los aspectos de la vida, y más en los científicos. Junto a él aprendí a amar la microscopía electrónica, una técnica en la que considero que es uno de los mejores a nivel mundial.
Creo que ya debo empezar a leer un breve currículo del profesor Guilemany, en el que reflejaré algunos aspectos de su calidad científica, pues los humanos no se pueden recoger en un papel, se sienten en el corazón.
Finalizaré señalando que el profesor Guilemany es un hombre bueno, serio, trabajador, exigente, y que abre las puertas de su despacho a todos aquellos que quieran trabajar duro, para la universidad y para la sociedad.
Concluyo diciendo que es un hombre de la Universidad y para la Universidad.
El profesor Guilemany se graduó en Ciencias Químicas en la Universidad de Barcelona en 1970 y siguió trabajando en la misma hasta la obtención del título de Doctor en 1973, con un trabajo de investigación titulado Use on Scanning Electron Microscopy & Electron Probe Microanalysis in Extractive Metallurgy and Recycling.
Desde 1970 a 1977 fue nombrado Ayudante de Investigación y, posteriormente, Profesor Adjunto en 1978, en el Departamento de Metalurgia de la Universidad de Barcelona, primero, y de la Universidad Complutense de Madrid, después. En 1982, regresó a la Universidad de Barcelona como Catedrático numerario de Metalurgia Física e Ingeniería de Materiales.
Es autor de más de 600 trabajos de investigación sobre temas diversos englobados en el término general de Estructura/Propiedades de Materiales. Es autor de 10 libros. Durante su actividad académica ha dirigido alrededor de 39 tesis doctorales y está en posesión de 20 patentes relacionadas con procesos de soldadura, fundiciones, aleaciones inteligentes, reciclado de materiales y recubrimientos.
Durante su actividad docente e investigadora mantiene una actividad constante como miembro de Sociedades Profesionales, y así fue nombrado Fellow en 1977 de la Institution of Metallurgist (actualmente, Institute of Materials, Minerals and Mining) en el Reino Unido. En 1988, fue nombrado miembro distinguido por parte de la Asociación de la Soldadura Española y secretario del Colegio de Químicos de España.
En 1978, fue nombrado Chartered Engineer del The Council of Engineering Institutions, en el Reino Unido. Ha sido director del Departamento de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Barcelona los últimos ocho años, así como director del Centro de Proyección Térmica desde su fundación en 1994.
En 1977, se le concedió la Medalla de Oro y Premio de la Real Academia Española de Ciencias. En 1982, fue premiado por la International Metallographic Society, USA, por sus trabajos de investigación sobre Microestructura SEM de aceros y fundiciones y, más recientemente, en 2006, se le ha concedido el Premio Ciudad de Barcelona a la Tecnología concedido por el Ayuntamiento de Barcelona por la labor investigadora realizada al frente del Centro de Proyección Térmica (CPT) en la Universidad de Barcelona y único en España.
Dentro de la gran diversidad de líneas de investigación que ha desarrollado a lo largo de su vida profesional, tanto sobre Materiales convencionales así como Nuevos y sus Tecnologías, y siempre subvencionadas por la Unión Europea, el Estado Español y el Gobierno Autónomo, así como por parte de una gran diversidad de empresas privadas, cabe destacar, además de las ya mencionadas, las referentes a materiales inteligentes como Aleaciones con Memoria de Forma, así como recubrimientos obtenidos por Proyección Térmica y sobre el procesado de materiales metaestables y nanoestructurados.
A cargo de Pilar Sánchez Testillano.
Investigadora Científica del CSIC.
El profesor Miguel Lafarga es catedrático de la Universidad de Cantabria y científico de prestigio internacional en el campo de la neurobiología, en el que destacan sus investigaciones sobre la organización funcional y dinámica del núcleo de las neuronas y de los cuerpos nucleares, y su implicación en diversas enfermedades neurodegenerativas.
Sus investigaciones son, además, conocidas como estudios pioneros en la validación con las modernas técnicas de biología celular y molecular de los hallazgos de Santiago Ramón y Cajal sobre el núcleo celular, revitalizando con sus publicaciones la figura del Nobel español en el ámbito científico internacional.
Miguel Lafarga se licenció en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, en 1969, y se doctoró por la Universidad Autónoma de Barcelona, en 1972. Después de un periodo postdoctoral en Barcelona, obtuvo la plaza de Profesor Titular en la Universidad de Cantabria, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera científica y docente.
Desde hace años, es director del Departamento de Anatomía y Biología Celular y lidera el grupo de investigación consolidado de Biología Celular del Núcleo, actualmente en el IFIMAV, Instituto de Investigación y Formación Marqués de Valdecilla de la Universidad de Cantabria.
Su labor investigadora le ha impulsado a colaborar con numerosos grupos nacionales e internacionales de prestigio en el campo, como el de Greg Matera, de la Universidad de Carolina del Norte, el de Carmo Fonseca, del Instituto de Medicina Molecular de Lisboa, o con el de Alberto Muñoz, del Instituto de Investigaciones Biomédicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid. Ha publicado más de 125 artículos en revistas internacionales incluidas en el ISI (Institute for Scientific Information), y ha dirigido 12 proyectos de investigación y 15 tesis doctorales.
Actualmente, su equipo está integrado en el CIBERNED, Centro de Investigaciones Biomédicas en Red de Enfermedades Neurodegenerativas, donde ha realizado sus últimas investigaciones. Por un lado, relacionadas con los cambios en la dinámica de determinados cuerpos nucleares, como los SUMO y los Cuerpos de Cajal, y de sus proteínas constituyentes con enfermedades como la Atrofia Muscular Espinal o la Distrofia Muscular Oculofaríngea.
También ha caracterizado la respuesta celular al daño del DNA en neuronas durante el envejecimiento, cuando aumentan las lesiones al DNA y se pierde eficacia de los mecanismos reparadores, hecho relacionado con enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y algunas ataxias, también durante tratamientos con quimioterapias. Fruto de estos hallazgos ha sido el registro de una patente.
Por esta trayectoria de excelencia científica, sus esfuerzos y hallazgos en el campo de las enfermedades neurodegenerativas y el envejecimiento neuronal, de gran incidencia en nuestra sociedad actual, la Asociación Española de Científicos (AEC) concede este año la Placa de Honor 2011 al profesor Miguel Lafarga.
Quisiera agradecer a las siguientes instituciones y personas:
A la Asociación Española de Científicos (AEC). Este reconocimiento supone un impulso para seguir desarrollando nuevos proyectos, así como para ampliar nuestras áreas de trabajo.
A Don Antonio Bello, por darme la oportunidad de reflejar el resultado de sus investigaciones, y poner en valor los programas de investigación participativa en agricultura. Durante la realización del documental Biodesinfección de Suelos tuve la oportunidad de conocer al agricultor que, después de años utilizando pesticidas altamente contaminantes, como el bromuro de metilo, recuperó las prácticas de cultivo tradicionales, abriendo las puertas a una estrecha colaboración con el profesor Bello en una línea de investigación que ha dado resultados espectaculares.
También quiero agradecer la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) y otros centros de investigación a nivel nacional, así como el Metil Bromide Technical Option Comitte (MBTOC) a nivel internacional, y la financiación obtenida del MARM (Mininisterio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino), el Gobierno Canario y las Consejerías de Medio Ambiente y de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Al equipo de TKV: Carlos Cebrián, José Machuca, Laura González, Leonardo Utemburg, Pablo Ros, y todas las personas que se han prestado a contar ante la cámara sus experiencias, investigaciones y buenas prácticas.
A mi familia por su confianza y apoyo incondicional.
Nuestra empresa se dedica, entre otras tareas, a la transferencia y divulgación de la Ciencia, así como las buenas prácticas en materia de agricultura ecológica y medio ambiente. De alguna manera, servimos de correa de transmisión entre los centros de investigación, los técnicos, agricultores y ganaderos, facilitando la traducción de cuestiones complejas a un lenguaje comprensible para todos.
Debo reconocer que nuestra entrada en la realización de documentales fue algo no calculado y, en cierto modo, azaroso; cuando empezamos a formar a agricultores en la producción ecológica, nos encontramos con un público con un escaso nivel formativo con el que no podíamos utilizar la metodología didáctica habitual, no servían los apuntes ni las presentaciones en Power Point. Debíamos trabajar desde la práctica y la experimentación.
Para preparar mis clases salía al campo y grababa imágenes de procesos erosivos, cubiertas vegetales, elaboración de compost, etc., y, durante las clases, estas proyecciones captaban el interés de los alumnos, facilitando el debate y la reflexión sobre estos temas. Fue entonces cuando decidí arroparme por un equipo de profesionales: operadores de cámara, editores, músicos, ilustradores y diseñadores de imágenes en 3D para explicar procesos complejos y de difícil observación directa, así, poco a poco, empezamos a desarrollar estos proyectos de transferencia.
No sólo contamos los resultados de las investigaciones, nos apoyamos fundamentalmente en los testimonios e imágenes recurso de agricultores y fincas de referencia en las que las buenas prácticas puedan resultar un ejemplo para otras personas que quieran adentrarse en la producción ecológica, métodos que implican la no utilización de agroquímicos de origen sintético.
Luis Pericot, en su prólogo del libro Dioses, tumbas y sabios, publicado en 1959, dice:
«El investigador o especialista suele mirar con recelo toda intrusión, en su campo de trabajo, del aficionado, del literato o del reportero. No debe culpársele por este sentimiento receloso. Es natural que sea un poco egoísta y un mucho vanidoso, pues sin este contrapeso de la vanidad y el egoísmo no se explicarían los esfuerzos, la paciencia, la renunciación a una vida normal muchas veces, a que se ve obligado el que cultiva con pasión una ciencia. Cuando se ha luchado durante largos años para encontrarse al final como único resultado con una hipótesis dudosa o unos datos insuficientes, irrita al especialista, que el primer llegado, con suficiente habilidad, lea unas cuantas monografías y escriba el libro o la síntesis en la que aquel ha soñado muchas veces sin atreverse a realizarlo».
Actualmente, esta mentalidad ha evolucionado y existe, cada vez más, un interés por trasladar a los diferentes sectores de la sociedad los resultados de las investigaciones. Hasta ahora, los resultados de las investigaciones nos han llegado de la mano de empresas comerciales, y en el caso de la agricultura, unas pocas multinacionales copan el mercado bajo el paraguas de la innovación científica: plaguicidas milagrosos, productos transgénicos y fertilizantes de origen sintético.
En los últimos años, la renta de los agricultores ha descendido dramáticamente, existe una alta contaminación en los suelos, en las aguas, disminuyendo de forma rápida las variedades cultivadas. Nosotros seguimos empeñados en divulgar prácticas culturales sostenibles en el tiempo, apoyando a las investigaciones que van en esta dirección. El fenómeno de Internet ha hecho que sea posible disponer en segundos de la información más variada. Para mi sorpresa, los documentales que hemos editado en nuestra página han logrado unos resultados espectaculares, más de 300.000 consultas en todo el mundo.
Alejandro Gallego.
TKV Producciones Audiovisuales y Servicios Medioambientales.
A cargo de Jesús María Rincón.
Presidente de la AEC.
La empresa iberoamericana CEMEX (Cementos Mexicanos) lleva implantada en nuestro país desde hace unos años en los que ha conseguido revitalizar el panorama empresarial de la producción de cemento en España.
A diferencia de los españoles que trasladaron hacia América su tecnología y conocimientos, que también los había en aquel tiempo del descubrimiento y de la conquista de América, es ahora una prestigiosa industria mexicana la que ha venido a invertir en nuestro país, aportando su conocimiento en el campo de la industria y de la comercialización del cemento.
Más bien, me gustaría mencionar «de los cementos», ya que, actualmente, se desarrollan en los laboratorios de todo el mundo y, específicamente, en el nuestro, especialmente en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en su Instituto Eduardo Torroja (IETcc), todo tipo de variedades del cemento con nuevas prestaciones y capacidades para resolver múltiples problemas, no sólo en la construcción (en su doble vertiente de Edificación y Obra Pública), sino, además, en la inertización o almacenamiento de residuos de todo tipo y en infinitas aplicaciones que están surgiendo en los laboratorios. En este sentido, CEMEX, desde siempre, y, sobre todo, desde su implantación en España, está realizando un apoyo decidido a la I+D+i haciendo especial énfasis en los temas de energía y sostenibilidad.
CEMEX no sólo está apoyando investigaciones en laboratorios españoles en universidades y centros del CSIC en el campo del clinker y de nuevos tipos de cementos, como es el caso de los geopolímeros, sino que, debido al obligado control de las emisiones de CO2, está realizando investigaciones para asegurar proyectos que permitan usar energías renovables y concentrándose en temas que aseguren: la seguridad, el medio ambiente, la salud, la contribución social y la conservación, y todo ello para promover la aplicación de patrones globales que aseguren a escala mundial una mejor seguridad y tratamiento del medio ambiente en sus instalaciones.
Recientemente, ha tenido lugar en la Semana de la Ciencia en Madrid el pasado 10 de noviembre una interesante jornada, promovida por el CSIC, IETcc, el IECA (Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones) y Oficemen, en la que se han revisado los aspectos de la química del cemento y la sociedad. Se ha visto que surgen nuevos tipos de cementos que ya están teniendo aplicaciones en la sociedad, como los cementos de alta resistencia, los microcementos, los conglomerantes hidráulicos de nueva formulación, los conglomerantes de alta tenacidad, cementos ultrarrápidos, etc.
A todos ellos, dedica CEMEX líneas de investigación, además de las que aseguren una mejor «simpatía» entre la producción y aplicación del cemento y la sociedad. Recientemente, además, tuvo lugar en Madrid un importante acontecimiento científico y técnico que posiblemente haya pasado desapercibido en nuestra sociedad española tan influenciada en estos momentos por los medios o efecto mediático, y que, lamentablemente, sigue ignorando muchos acontecimientos y logros científicos que tienen lugar en nuestro país. Me refiero al recientemente celebrado XIII Congreso Internacional de la Química del Cemento y que ha tenido lugar precisamente en el declarado por la Unesco como Año de la Química, como ha sido este 2011. No se pretende que un acontecimiento de esta relevancia pueda competir con la tan deseada celebración de una Olimpiada en Madrid, pero, es evidente que la celebración de este congreso internacional, que ha congregado en la capital de España a prácticamente todos los científicos, técnicos e industrias del cemento, ha sido un acontecimiento que desde la Asociación Española de Científicos (AEC) hemos querido darle la importancia que se merecía.
Por esta razón, hace un año concedimos la Placa de Honor AEC 2010 a la doctora Sara Goñi, investigadora del CSIC-IETcc, por sus reconocidas aportaciones en el campo de los cementos belíticos en su carrera científica investigadora, y, este año, tenemos el honor, nosotros también como asociación que apoya desde su fundación a las empresas que invierten decididamente en I+D+i, a la empresa CEMEX del querido país hermano México por su labor en España y para que siga en esta línea de apoyo al desarrollo de la ciencia a nivel español e iberoamericano.
El director de Calidad de CEMEX, don José Manuel Domínguez Ruano, recoge la Placa de Honor AEC en nombre de su empresa agradeciendo dicha concesión y valorando el apoyo de todos los científicos y tecnólogos que trabajan en su empresa para la mejora del medioambiente y el incremento del conocimiento del cemento y de «los nuevos cementos».
A cargo de María Carmen Risueño.
Profesora de Investigación del CSIC.
La empresa de Investigación ProRetina Therapeutics está situada en el Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIB-CSIC) de Madrid, colaborando con varias entidades, y se dedica al desarrollo de herramientas farmacológicas para el tratamiento de distrofias hereditarias en la retina, como la retinosis pigmentaria, la retinopatía diabética, el glaucoma o la degeneración macular asociada a la edad.
Esta spin-off del CIB ha sido impulsada por el doctor Enrique de la Rosa y ha surgido de los resultados de investigación en neuroprotección obtenidos por el Laboratorio de Desarrollo, Diferenciación y Degeneración Celular (Laboratorio 3D) del CIB-CSIC, que dirigen los doctores, Flora de Pablo y Enrique de la Rosa, en colaboración con el doctor Pedro de la Villa, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), y el Centro de Biotecnología Animal y de Terapia Génica de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) que dirige la profesora Fàtima Bosch Tubert, con la misión de desarrollar fármacos para el tratamiento de distrofias y degeneraciones retinianas.
Esta trayectoria de 15 años de investigación representa un proceso de generación y transferencia del conocimiento donde los investigadores responsables han participado de principio a fin. En el año 2001, el doctor de la Rosa inicia una línea de investigación orientada a caracterizar el posible efecto neuroprotector de la proinsulina en modelos de daño a la retina, ejerciendo una función atenuadora del proceso de muerte celular durante las etapas tempranas del desarrollo del sistema nervioso, en general, y de la retina, en particular. Este hallazgo le llevó a plantearse la hipótesis de que la proinsulina también pudiera atenuar la muerte patológica que ocurre en distrofias hereditarias de la retina.
Y, además de continuar el trabajo en asociación con la doctora de Pablo, inicia colaboraciones que complementan las capacidades tecnológicas del grupo: el doctor Pedro de la Villa, electrofisiólogo de la UAH, especialista en la evaluación de la función visual, y la doctora Fátima Bosch, del Centro de Biotecnología Animal y Terapia Génica de la UAB, que aporta su experiencia en el tratamiento de modelos murinos, demostrando que niveles crónicos de proinsulinemia (1-15 pM), obtenidos mediante expresión transgénica de proinsulina humana, son capaces de alcanzar la retina y atenuar la neurodegeneración de los fotorreceptores en el modelo genético de ratones rd10, -modelo murino de la enfermedad Retinosis Pigmentaria, de modo que los ratones proinsulina/rd10 presentan mayor número de bastones en la capa nuclear externa y mejor mantenimiento de sus conexiones sinápticas así como mejor respuesta electrorretinográfica de bastones y de conos. El trabajo de estos investigadores ha dado lugar a una patente que el CSIC, la UAB y la UAH han licenciado a la empresa. Además, ProRetina ha obtenido de la Agencia Europea del Medicamento y de la Food and Drug Administration (EE. UU.) sendas designaciones de medicamento huérfano.
En julio de 2007, los doctores de la Rosa, de Pablo, de la Villa y Bosch, con otros miembros de sus grupos, los socios de la consultora Medina-Terrón y Asociados, y el emprendedor, David del Val, fundan ProRetina Therapeutics, S.L., con la misión de desarrollar terapias para enfermedades degenerativas de la retina, (como la retinosis pigmentaria, degeneración macular, etc).
Su primer desarrollo, PRO-001, cuyo principio activo es una proteína que promueve la supervivencia de células de la retina, está dirigido al tratamiento de la retinosis pigmentaria. Aunque pertenece al grupo de las enfermedades raras, esta es una de las retinopatías hereditarias más frecuentes y se estima que afecta a más de un millón de personas en todo el mundo y a más de 15.000 en España. Los enfermos carecen de tratamiento y sufren la pérdida de visión en muchos casos a partir de la adolescencia por lo que tiene un elevado impacto social y personal. El pipeline de la empresa incluye también el proyecto PRO-015 que consiste en el desarrollo de una terapia génica para la misma patología; y cuyo principio activo es un factor neuroprotector para el tratamiento de la retinosis pigmentaria. Esta es una enfermedad degenerativa de la retina de origen genético que produce ceguera en la edad adulta temprana y tiene, por tanto, un elevado coste social y personal. No existe tratamiento eficaz para prevenir, atenuar o curar esta enfermedad.
La empresa ha recibido financiación de inversores privados: la Sociedad de Desarrollo de Navarra, Sodena, Inveready S.C.R., SA, CAN 2005 Inversiones Societarias, S.C.R., S.A y Real de Vellón F.C.R. han entrado a participar en ProRetina Therapeutics, S.L. y también ha obtenido ayudas públicas para sus proyectos de I+D a través de los programas Neotec del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), TRACE (Subprograma de Proyectos de Investigación Fundamental Orientada a la Transmisión de Conocimiento a la Empresa) y Torres Quevedo, del Ministerio de Ciencia e Innovación, y un préstamo participativo de ENISA.
La empresa mantiene un laboratorio de biología molecular en el CIB-CSIC en virtud de un acuerdo de en la localidad de Noaín (Navarra) colaboración con esa entidad. Además, la empresa va a trasladar su sede y sus actividades, regulatoria y clínica, a la incubadora de empresas de CEIN (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra).
En base a la relevancia de la aplicabilidad científica de esta Transferencia de Tecnología que ha permitido hacer realidad a ProRetina Terapeuthics, los logros obtenidos en tan corto tiempo, dada la importancia de estas enfermedades, que todos conocemos y sabemos cómo afectan a la vida de las personas, y los esfuerzos para diseñar fármacos, es un placer otorgar la Placa de Honor 2011 que promueve la Asociación Española de Científicos (AEC) a dicha empresa de investigación.
Recoge la Placa su Director General, Stuart Medina, y, en justicia, hay que mencionar a su impulsor, el doctor Enrique de la Rosa, y al resto de investigadores que han puesto y están poniendo su esfuerzo en esta empresa y tarea.