Placas de Honor 2012

15ª edición – 21/11/2012

Francisco Camacho Ferre

Catedrático de Horticultura Intensiva en la Universidad de Almería

Discurso de entrega

Una vida profesional entregada a la horticultura intensiva.

El doctor Camacho Ferre es un nijareño de pro. Su vida, desde su pubertad, ha estado entregada a su medio, al agrícola, tan especial como el propio Campo de Nijar (Almería). Es difícil resumir en tan breve espacio de tiempo una labor tan intensa y extensa como la suya. Trataré de hacerlo agrupando sus diversos perfiles: profesional y personal. Como profesional, sus actividades docente, investigadora, ingenieril. El más íntimo, como maestro y como persona, no por subjetivo, menos valioso.

Conocí a José María siendo alumno de cuarto curso de la especialidad de metalúrgica, en el año 1976, departamento que dirigía nuestro insigne maestro, el profesor Felipe Calvo.

Docente

 

Catedrático de Horticultura Intensiva en la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Almería, tiene una valoración numérica importante como formador de doctores y de ingenieros a través de las tesis doctorales y proyectos fin de carrera: en torno a 130. Su docencia no se ha limitado a las asignaturas regladas. Jornadas, cursos de verano, cursos y cursillos varios, tanto en España como en diversos países del mundo: Honduras, Guatemala, República Dominicana, Cuba, Chile, México, Ecuador, Argentina, y no agoto el inventario. Dos efemérides jalonan esta intensísima labor: director del curso denominado Horticultura intensiva, que se imparte en numerosos países de América. Y su nombramiento como director de la Cátedra Cajamar de Economía y Agroalimentación de la Universidad de Almería. Nombramiento que subraya un aspecto importante de su docencia: el económico. Su docencia tiene una actualización envidiable. El profesor Camacho no ha dejado de formarse: los 23 cursos de perfeccionamiento que adornan su trayectoria son testimonio de su calidad como profesor.

 

Actividad investigadora

 

Numerosos proyectos de investigación (69 en total) tanto con financiación pública española, europea y mundial como con financiación privada han sido plasmados en 49 libros y más de 90 artículos en revistas nacionales e internacionales recogidas con índice de impacto. Cuatro patentes jalonan una carrera profesional más que meritoria. Estas obras están realizadas por la cumbre que le proporcionan sus numerosos lectores, pero, también, una muy sobresaliente es la titulada España huerta de Europa, galardonada con el premio Alimentos 2002 Medios de Comunicación como mejor trabajo literario.

 

«Entre las obras de Camacho destaca una muy sobresaliente titulada España huerta de Europa, galardonada con el premio Alimentos 2002 Medios de Comunicación como mejor trabajo literario»

 

Ingeniería

 

Uno de los perfiles más excepcionales del profesor Camacho Ferre ha sido su faceta como ingeniero, materializada en lo que se ha dado en llamar «ejercicio libre de la profesión». En 1983, desarrolló una extraordinaria labor de ordenación y desarrollo rural en Cordecruz (Bolivia), comisionado por el Instituto de Cooperación Latinoamericana. Labor que ha continuado desde entonces en países como Argentina, Venezuela, Perú y un largo etcétera. En nuestro país, desarrolló una intensa labor desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos Agrícolas de Almería que presidió. Una cumbre de dicha labor puede comprobarse en la dirección de la Fundación Universidad de Almería- ANECOOP (la asociación más importante de cooperativas agrícolas de España). No menos importante ha sido su labor en la creación primero, y como consejero delegado después de una empresa de base tecnológica, premiada hace años por la Sociedad que ahora lo distingue.

 

Toda esta labor le ha proporcionado numerosos premios y nombramientos. Descuella entre todos el concedido por el Ministerio de Agricultura como comendador de número de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario, después de haber conseguido en la Muestra Universal Temática FLORIADE 2002 (Holanda) que el pabellón de España fuese distinguido con la medalla de oro de la organización.

 

Magisterio

 

La impronta del profesor Camacho en el campo de Almería se palpa en toda la extensión de sus 28.000 hectáreas de invernaderos. Basta para ello mencionar su nombre en cualquier ámbito de la producción agrícola. Su magisterio en la Universidad de Almería ha sido reconocido por sus alumnos al distinguirle como mejor profesor del curso. En el extranjero, su magisterio es conocido en la mayoría de los países de Latinoamérica. Desde México hasta Argentina.

 

«La impronta del profesor Camacho en el campo de Almería se palpa en toda la extensión de sus 28.000 hectáreas de invernaderos. Basta para ello mencionar su nombre en cualquier ámbito de la producción agrícola»

 

Humanidad

 

Juan Goytisolo describía en su obra Campos de Níjar la belleza de un paisaje asolado por la pobreza. El profesor Camacho nació en ese medio y ha vivido día a día su transformación durante 40 años. Es más, se ha entregado generosamente a empujar su desarrollo. Desde su pubertad, empezó a trabajar en los parrales que dieron fama a la uva de embarque de Almería. Desde entonces, su formación en la Universidad Laboral de Sevilla, primero y, después, en la Universidad de Almería, no ha cesado, ganándose la financiación de sus estudios. Todo ello con una generosidad nada común. Su vida está fundamentada en un altruismo que es especialmente llamativo en una sociedad como la actual. Su vida familiar es igualmente ejemplar, aquí está esta noche su familia más directa para acompañarle.

 

No me queda más que hacer pública mi admiración hacia un ser humano ejemplar en todas sus facetas. Hacerles a ustedes partícipes. Y reconocer la justeza con la que este nuevo premio se ha concedido a mi querido amigo y maestro del profesor Camacho Ferre.

Julio César Javier Tello Marquina
Catedrático de Producción Vegetal de la Universidad de Almería

Respuesta del galardonado

Decía De La Bruyere: «Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud. Aspiro a ello, aunque los amigos me lo ponen difícil».

Mi agradecimiento a la Asociación Española de Científicos (AEC) por este reconocimiento. Es un acicate para seguir con el trabajo que desempeño en pro de la agricultura de mi tierra, Almería.

Mi recuerdo emocionado para el doctor Eduardo Fernández, director de mi tesis doctoral, amigo y hermano, que nos dejó por un golpe de infortunio hace ya más de siete años, con tan sólo treinta y ocho de edad. Estoy seguro de que estás presente.

 

«Mi recuerdo emocionado para el doctor Eduardo Fernández, director de mi tesis doctoral, amigo y hermano, que nos dejó por un golpe de infortunio hace ya más de siete años, con tan sólo treinta y ocho de edad. Estoy seguro de que estás presente»

 

Mi agradecimiento al maestro y amigo, Dr. Julio César Javier Tello, que me precedió en el uso de la palabra, por todas las ayudas recibidas en mi formación de modo continuado. Eduardo y él fueron los artífices de que diese a mi vida profesional un giro copernicano. El tiempo os dio la razón, disfruto mucho más del campo y las investigaciones sobre él desde que di el paso de incorporarme al extinto Departamento de Producción Vegetal de la Universidad de Almería, hoy ya, Departamento de Agronomía. Gracias, Javier.

 

El recuerdo, en estos momentos, a mis padres. Ellos no están, pero, seguro que lo están disfrutando. Él con su ejemplo advertía de que el Bienser siempre debería ser superior al Bienestar; y ella, ejemplo de sacrificio máximo, fajándose en su analfabetismo y trabajo para que sus hermanos tuvieran una vida mejor.

 

A mi familia, por su apoyo continuo en mi formación y profesión. Espero algún día devolverles el tiempo que les he robado.

 

Desde mi infancia y adolescencia me acerqué al campo con unas sensaciones que, posteriormente, pude leer en un relato de José Antonio Muñoz Rojas titulado Las puertas del campo y que, más o menos, decía así: «¿Quién sabe las razones de un amor? Son secretas, como el agua bajo la tierra que luego sale en manantial donde menos se espera. Nada se guarda y el amor menos que nada, a fuerza de pasar la vista por el campo lo vamos conociendo como el cuerpo de una enamorada, conocemos la ocasión del gozo, la de la esquivez… ¡Oh, enorme cuerpo de la amante! Por tus barrancos hondos y por tus veras, por tus caminos angostos y tus abiertas extensiones, por agostos y por eneros te he cabalgado. Tú también conoces los cascos de mi caballo…».

 

«Ese modo de contemplar el campo, los cultivos, me llevaron a conclusiones muy sencillas, per,o que guían mi labor investigadora y docente: la planta es el único ser vivo que siempre responde con estímulos positivos»

 

Ese modo de contemplar el campo, los cultivos, me llevaron a conclusiones muy sencillas, pero, que guían mi labor investigadora y docente: la planta es el único ser vivo que siempre responde con estímulos positivos; e incito a quien comparte clase conmigo por unos años de su vida a que, si van a trabajar en el extensionismo o en la dirección de explotaciones agrícolas, procuren que el mundo del agricultor sea, aún si cabe, más cercano al de la planta, que les transfieran sus conocimientos pensando en cuatro verbos de acción y, además, que mantengan ese orden: observar, razonar, controlar y convencer.

 

Así he andado por mi vida profesional, comprendiendo que me he desarrollado en un Sistema Productivo Único: «El modelo de desarrollo hortícola de alto rendimiento de Almería». Modelo que ha traspasado fronteras y que es objeto de estudio en múltiples universidades del planeta. Modelo que ha sido capaz de demostrar a todos que desde el sector primario se puede aportar a la economía igual que desde el terciario. La agricultura de Almería aporta a la economía provincial un 25% de su PIB. Modelo que se ha mantenido y se mantiene en el tiempo con la incorporación continua de tecnología: arenado de suelos, acolchados, tunelillos de plástico, invernaderos, semilleros especializados, riego localizado de alta frecuencia, injertos hortícolas, insectos polinizadores, etc. Todo el aporte renovándose en todo momento, actualizándose, para ayudar a la naturaleza a producir más y de mejor calidad. Mucha de esta tecnología ha sido endógena, otra importada y adaptada a nuestra producción mediterránea, pero, hay un aporte que merece un homenaje y que solo se puede ver en el sureste español, me estoy refiriendo al arenado de suelos.

 

«La agricultura de Almería aporta a la economía provincial un 25% de su PIB. Modelo que se ha mantenido y se mantiene en el tiempo con la incorporación continua de tecnología»

 

¿Sabían ustedes que de las 27.500 hectáreas de cultivos bajo invernadero que existen en la provincia de Almería, aproximadamente 22.000 hectáreas están arenadas? Es algo único en el mundo. Y, ¿cuándo se escribió de esta técnica?; es asombroso, en el siglo XIV, antes del descubrimiento de América, por un almeriense de Pechina, llamado Ibn Luyun, en su libro Tratado de Agricultura. En su epígrafe 6 titulado Deducción de la naturaleza de la tierra por sus plantas. Modo de corregir sus defectos nos dice: «[…] por último, si da plantas salobres, evidentemente contiene sal. Esto se corrige con arena y paja, con riegos y con la grata acción del estiércol. La tierra sobre los huesos debe tener de un dedo a tres, o menos, y se dice que sobre ella debe echarse arena, con objeto de que mantenga la frescura». Eso es lo que hacemos siete siglos después. Ese tratado nos deja unas definiciones inmejorables y, miren que se han escrito libros de fitotecnia. Encantadora, simple y completa me parece la definición que hace del Arte de la Agricultura: «Es el conocimiento de las cosas necesarias para los cultivos». «Todo lo que de ella hay que explicar se reduce a cuatro pilares o elementos que son: las tierras, las aguas, los abonos y las labores».

 

«La pregunta es la misma a lo largo de mis 35 años de profesión: ¿quién defiende al suelo?»

 

A veces he bromeado sobre que si en vez de ser una técnica del sureste de España fuese de cualquier Universidad importante de Estados Unidos, cada vez que a alguien, en cualquier lugar del mundo, se le ocurriese echar unos granos de arena al suelo, estarían pagando royalties por esa acción, pero algo que se hace como legado de nuestra historia en un lugar concreto y que es fácilmente copiable y transmisible por sus innumerables ventajas, desde el punto de vista productivo y patológico para los suelos y cultivos, apenas ha dado lugar a tres tesis doctorales. La pregunta es la misma a lo largo de mis 35 años de profesión: ¿quién defiende al suelo?

Muchas gracias.

Francisco Camacho Ferre
Catedrático de Horticultura Intensiva en la Universidad de Almería

Teófilo Sanfeliú Montolio

Profesor de Investigación del CSIC y fundador del primer departamento de Agroecología en España

Discurso de entrega

Para mí es un gran honor poder participar en este entrañable acto de la entrega de las Placas de Honor que la Asociación Española de Científicos (AEC) organiza todos los años por estas fechas, y este honor es todavía mayor cuando me corresponde presentar al profesor Teófilo Sanfeliú.

Muchas gracias, querido presidente, por este gran privilegio.

Tuve la suerte de conocer al profesor Teófilo Sanfeliú en el año 1984 como catedrático de Ciencias Naturales, siendo yo alumno de 2º de BUP en el Instituto Francisco Ribalta de Castellón. Ya en aquel momento el profesor Sanfeliú destacaba por sus técnicas de innovación docente y por las inolvidables salidas de campo para conocer la geología de la provincia de Castellón.

 

«Ya en 1984, el profesor Sanfeliú destacaba por sus técnicas de innovación docente y por las inolvidables salidas de campo para conocer la geología de la provincia de Castellón»

 

En 1987, me incorporo al Colegio Universitario de Castellón como alumno de primero de Ciencias Químicas y la suerte me acompaña de nuevo, ya que Teófilo era el profesor responsable de la asignatura Cristalografía y Mineralogía en la que disfruté muchísimo realizando proyecciones estereográficas de cuerpos cristalinos y coleccionando rocas y minerales.

 

No es hasta julio de 1992, finalizada mi licenciatura en Químicas en la Universitat de València (UV), cuando empiezo a interesarme por dedicar mi carrera profesional a la investigación científica y me incorporo a la Unidad de Mineralogía Aplicada y Ambiental de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), que dirige el profesor Sanfeliú, como becario de investigación para realizar la tesis doctoral. En este momento, comienza mi admiración y amistad hacia el profesor Sanfeliú, no únicamente por sus grandes conocimientos en el ámbito de la mineralogía y tecnología de las arcillas cerámicas, sino por su afecto personal y su grata acogida, incorporándome de lleno a su entorno familiar.

 

Al profesor Sanfeliú le debo sus valiosos consejos que me han permitido dedicarme a la enseñanza universitaria, desde la tesis doctoral hasta el puesto que ocupo en la actualidad. Junto a él he aprendido muchas cosas, pero, el mayor tesoro que me ha trasmitido ha sido tener fe, ser paciente y perseverante y que trabajar duro y bien es importantísimo en todos los aspectos de la vida.

 

«Al profesor Sanfeliú le debo sus valiosos consejos que me han permitido dedicarme a la enseñanza universitaria. Junto a él he aprendido que el mayor tesoro es tener fe, ser paciente y perseverante, y trabajar duro y bien»

 

Permitidme que desglose brevemente su curriculum vitae. Teófilo Sanfeliú es doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad de Barcelona. Es Maestro Nacional de Enseñanza Primaria, profesor agregado de Bachillerato y Catedrático de Ciencias Naturales. Ha sido profesor de Geología desde la época fundacional de los estudios universitarios en Castellón donde ocupó cargos académicos de dirección (director jefe de estudios, director de la residencia universitaria, presidente de la comisión de actividades culturales y miembro de la junta de gobierno del Colegio Universitario de Castellón de la UV durante un periodo de seis años). También ha sido director y profesor de la delegación en Castellón de la Escuela de Gemología de la Universidad de Barcelona y director del Máster en Contaminación y Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica y Metropolitana de Santiago de Chile.

 

Actualmente, desempeña su actividad en el grado de Ingeniera Agroalimentaria y del Medio Rural, en el Máster de Medio Ambiente y en el Máster de Profesorado de la UJI. Ha sido profesor visitante de la Universidad de Concepción (Chile) y en la Universidad de Guayaquil (Ecuador).

 

«Sanfeliú ha sido investigador principal de más de cuarenta proyectos de investigación financiados por instituciones públicas y privadas en temas relacionados con el estudio de la calidad del aire y de las rocas y minerales industriales»

 

Ha dirigido catorce tesis doctorales, quince tesinas de licenciatura y once trabajos fin de Máster, así como cuatro proyectos fin de carrera. Ha publicado más de trescientos artículos en revistas nacionales e internacionales y es autor de quince libros. Ha sido investigador principal de más de cuarenta proyectos de investigación financiados por instituciones públicas y privadas en temas relacionados con el estudio de la calidad del aire, en el clúster cerámico de Castellón, y de las rocas y minerales industriales. Ha sido presidente del comité organizador de los congresos nacionales de Cristalografía (1989), de la Sociedad Española de Mineralogía (1993) de la Sociedad Geológica de España (1995) y de la Sociedad Española de Arcillas (1993 y 2002).

 

Ha sido galardonado con el premio de Ciencias Ciudad de Castellón en tres ediciones. Recibió el premio del Consejo Social de la UJI en 2004. Ha sido Gestor del Plan Valenciano de Ciencia y Tecnología (trienio 1995-1997) y asesor de Medio Ambiente de la Diputación Provincial de Castellón. Recientemente, ha sido declarado Científico Sabio por el gobierno de Ecuador. Mi más sincera enhorabuena a él y a sus seres queridos, en especial a su esposa, Mª Ángeles, y a sus hijos, Juan Antonio y Mª Ángeles, y hacer extensiva esta felicitación a todos sus amigos y colegas de profesión.

Manuel Miguel Jordán Vidal
Vicerrector de Relaciones Internacionales de la UMH

Respuesta del galardonado

Magníficos, excelentísimos e ilustrísimos señoras y señores: lo primero de todo deseo agradecer la concesión de este galardón a esta Asociación y a su Junta de Gobierno que presidente el doctor Jesús María Rincón que hoy nos reúne aquí.

La distinción que me concedéis la acepto con gratitud. Reconociendo que es fruto de la formación, afán de superación, esfuerzo, trabajo y alegría que nos trasmitieron mis padres a sus ocho hijos. La generosidad de mi esposa y de mis hijos, Juan Antonio y María Ángeles, me ha permitido dedicar la mayor parte de mi tiempo a la investigación. También a los profesores que en mi niñez y juventud me estimularon a conocer y respetar la naturaleza.

«Gracias a la generosidad de mi esposa y de mis hijos he podido dedicar la mayor parte de mi tiempo a la investigación. Agradezco también a los profesores que, en mi niñez y juventud, me estimularon a conocer y respetar la naturaleza»

 

En la universidad, gracias a D. Manuel Martel, rector que fue de la Universidad de Alcalá, a los doctores Gadea, Casas, Buscarons, Monturiol, Crusafont, Villalta, Rosell, Solé-Sabaris, San Miguel, Oriol Riba, Bermudo Menéndez y Candel, de los que recibí una gran formación en las diferentes especialidades de la Geología. En especial, al doctor Carlos de la Fuente, director de mi tesis doctoral, del cual soy compañero y amigo.

 

Gracias a mis compañeros de carrera, Federico Ortí, Juan Ángel España, José María Verd y Aurelio Álvarez, con los que compartí el estudio de la geología de Cataluña, Aragón, Castellón, Valencia y Murcia.

 

Gracias a mis amigos y compañeros, catedráticos y profesores de investigación, de los cuales tanto he aprendido: Emilio Galán, Isabel González, Antonio García Verdú, José Luis Pérez Rodríguez, Ángel Justo, María Dolores Ruiz, María Jesús Yáñez, Marceliano Lago, Andrés Pocoví, Miguel Ángel García Aranda, Rafael Arana, María Jesús Liso, Jaume Bech, Javier Solans, Maribel Arriartua, Martín Martínez Ripoll, Jose Pedro Calvo, Salvador Ordóñez, Jordi Rius, Pedro Alfaro, Manuel Costa, Irma González, Pepe Sancho, José Luis Rubio, José María Amigó, Javier de Lucas, Carmen Martorel y Rosario Lunar.

 

Gracias al gran gestor y compañero del Plan Valenciano de Ciencia y Tecnología, Jesús Pastor, rector de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. Gracias a Francisco Michavila, Fernando Romero y Vicent Climent, sucesivos rectores de la Universitat Jaume I de Castelló, al Vicerrector de Investigación y Posgrado de dicha universidad, Antonio Barba, y, con ellos, a los compañeros con los que he compartido mi quehacer diario. Gracias a los equipos rectorales de la Universidad de Concepción y UTEM de Chile, a los profesores de la Universidad de Aveiro de Portugal. Gracias al equipo rectoral de la Universidad de ESPOL y de Guayaquil de Ecuador, con los cuales he investigado.

 

«Gracias a mi grupo de investigación que empezó en 1969 estudiando los recursos naturales y el medio ambiente, iniciando así nuestra contribución al conocimiento y desarrollo del clúster cerámico»

 

Gracias a mi grupo de investigación que empezó en el año 1969 estudiando los recursos naturales y el medio ambiente, iniciando en aquella fecha nuestra contribución al conocimiento y desarrollo del clúster cerámico, y, en el año 1987, iniciando el estudio de la contaminación atmosférica y de la calidad del aire en la provincia de Castellón, líneas de investigación que aún continúan activas. Gracias a todos y cada uno de sus miembros que han dedicado tantos años y tantas horas de trabajo, destacando al actual vicerrector de la UMH, doctor Manuel Miguel Jordán, y a los doce miembros actuales del grupo de investigación que lidero y que mantienen la ilusión, la constancia y el esfuerzo desde el primer día. De todos ellos es esta Placa de Honor.

 

A todos los presentes, muchas gracias por habernos acompañado durante esta noche.

Teófilo Sanfeliú Montolio
Profesor de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI)

Jesús Martínez Frías

Investigador Científico del CSIC

Discurso de entrega

La máxima satisfacción que puede tener un profesor universitario es tener la ocasión de presentar a un antiguo discípulo que ha sabido desarrollar una brillante trayectoria en el campo de la investigación.

 

No sé en qué medida he podido contribuir en su formación: primero, como alumno de la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y, posteriormente, en su iniciación a la investigación, con la Tesis de Licenciatura y la Tesis Doctoral, en el campo de los Recursos Minerales. Pero, se cumple una vez más que un discípulo supera a su maestra.

Jesús Martínez Frías es hoy reconocido por esta Asociación de Científicos Españoles (AEC), a quien agradezco la ocasión que me brinda para dirigir estas palabras «por sus contribuciones en el estudio de meteoritos y geología planetaria, así como por su excelente labor de divulgación».

 

Jesús Martínez dedicó sus primeros años de investigación a los recursos geológicos de nuestro planeta en la Universidad Complutense de Madrid y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), primero en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y, posteriormente, en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en Granada, y muy pronto supo reconocer el interés que presenta el estudio geológico de los cuerpos planetarios próximos a la Tierra.

 

«Jesús Martínez dedicó sus primeros años de investigación a los recursos geológicos de nuestro planeta, y muy pronto supo reconocer el interés que presenta el estudio geológico de los cuerpos planetarios próximos a la Tierra»

 

Una de las funciones de la vida es explorar su entorno. El ser humano ha explorado otros ambientes desde los confines de los océanos a las montañas más altas. Actualmente, el hombre se siente capaz de explorar fuera de la Tierra y, en un futuro no muy lejano, colonizaremos la Luna y Marte.

 

Desde que el geólogo, Harrison Smith, primer científico que pisó la Luna en 1972 en la Misión Apolo 17 y que descubrió los suelos anaranjados, constituidos por ilmenita, se ha abierto para la humanidad la posibilidad de colonizar el espacio próximo a la Tierra. Pero, para ello es necesario conocer cuáles son sus recursos, dónde y cómo se encuentran, y, Jesús Martínez Frías es uno de los escasos científicos españoles que participa en este reto.

 

Actualmente, Jesús Martínez dirige el Departamento de Planetología y Habitabilidad del Centro de Astrobiología, centro mixto CSIC-INTA, asociado a la NASA, donde fue jefe y principal impulsor del Laboratorio de Geología Planetaria, que es único en España sobre esta temática. Es también co-fundador y responsable por parte del CSIC de la Unidad Asociada de Espectroscopía Avanzada en Ciencias de la Tierra y Planetarias en el Parque Tecnológico de Boecillo en Valladolid.

 

Sus investigaciones e interés se centran principalmente en tres líneas:

 

  • Conocer las características e importancia astrobiológica de la materia extraterrestre, y su influencia en el origen y evolución de la Tierra y la Vida, mediante el estudio de meteoritos y sus eventos de impacto.
  • La identificación y selección de geo y biomarcadores en nuestro planeta, a partir de la investigación mineralógica, geoquímica y metalogenética de los denominados
    «análogos terrestres», que puedan ser incorporados y utilizados en las misiones espaciales para la exploración e investigación planetaria y la búsqueda de vida (principalmente en Marte).
  • Y en los aspectos geoeducativos, geoéticos y de divulgación asociados a dichos temas.

 

Entre sus múltiples actividades científicas relacionadas con este tema por el que hoy se le distingue destacan:

 

  • Su participación en el vuelo de la NASA para el estudio de la lluvia de meteoroides cometarios en la Misión Leonidas (MAC 2002).
  • Muy recientemente, su participación como único geólogo español en el Equipo de Ciencia de la misión NASA-MSL (Curiosity), en Marte, con nivel de co-Investigador oficial de la estación REMS.

 

Jesús Martínez ha realizado campañas científicas en la Antártida, Islandia y Mauritania para el estudio de procesos geológicos en ambientes extremos y la investigación de cráteres de impacto meteorítico.

 

Entre sus nombramientos voy a destacar:

 

  • Es el coordinador en España de The Planetary Society (de la que es miembro desde hace más de 25 años).
  • Fue miembro experto del Comité de Recursos Naturales de Naciones Unidas en representación de Europa Occidental.
  • Ha sido representante de España y vicepresidente (en dos ocasiones) de la Comisión de Ciencias y Tecnología para el Desarrollo de la ONU, en la última en calidad de Relator.
  • Es codirector del Mars Focus Group en el Instituto de Astrobiologia de la NASA.
  • Es responsable en España del Programa de Estudiantes Astronautas de la Planetary Society, en el 2004.
  • Actualmente, es miembro de dos Focus Groups de la NASA: Termodinámica, Desequilibrio y Evolución y Astrobiología y Sociedad.

 

En 2010, fue elegido presidente de la Comisión Científica de Educación, Formación y Transferencia de Tecnología en Geociencias de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas; y reelegido para el periodo 2012-2016 en el marco del reciente Congreso Geológico Internacional celebrado en Australia.

 

No voy a tratar de enumerar el impresionante currículo científico que tiene Jesús Martínez Frías: en publicaciones, más de 200, la mayor parte recogidas en el SCI, libros nacionales e internacionales, numerosas conferencias y comunicaciones impartidas, Ha mantenido una intensa actividad en la Comunidad Científica, perteneciendo y ocupando cargos directivos de muchas de ellas habiendo recibido galardones, menciones y reconocimientos nacionales y muchos internacionales.

 

«Jesús Martínez es amigo de sus amigos, siempre dispuesto a colaborar con quien se lo pide y dedicado a su entrañable familia: Joaquí, en la que siempre ha encontrado su principal soporte, y sus hijos, Enrique y Beatriz»

 

Pero, esta magnífica faceta científica en absoluto eclipsa su faceta humana: amigo de sus amigos, siempre dispuesto a colaborar generosamente con quien se lo pide y dedicado a su entrañable familia: Joaquí, en la que siempre ha encontrado su principal soporte, y sus hijos, Enrique y Beatriz. Por todo esto, Jesús, te doy mi más cariñosa enhorabuena.

Rosario Lunar
Catedrática de Cristalografía y Mineralogía en la UCM y directora del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC)

Respuesta del galardonado

Permítanme que estas primeras palabras sean para expresar que es un placer para mí encontrarme de nuevo con antiguos amigos y colegas de la Asociación Española de Científicos (AEC).

 

Con muchos de ellos tuve la oportunidad de compartir, hace ya algún tiempo, la ilusión por impulsar las actividades de la Asociación, así como el nacimiento de su revista Acta Científica y Tecnológica. He procurado estar atento a los progresos de la AEC y me congratula su madurez institucional y los avances obtenidos en sus 41 años de existencia reflejados, en buena parte, en la consolidación de sus prestigiosos galardones, en esta ya su decimoquinta edición.

Quiero manifestar mi profundo agradecimiento a la AEC por la concesión de esta Placa de Honor, que acepto con mucho gusto, pues qué mayor privilegio para un investigador que sus propios colegas, los científicos españoles, reconozcan su labor. Una labor que, como se indica en las razones esgrimidas para la concesión del galardón, aúna dos aspectos que he procurado desarrollar en paralelo a lo largo de mi carrera investigadora: por una parte, el estudio de Meteoritos y Geología Planetaria, y, por otra, la divulgación científica ligada a dichas investigaciones.

 

«He procurado desarrollar en paralelo a lo largo de mi carrera investigadora el estudio de Meteoritos y Geología Planetaria y la divulgación científica ligada a dichas investigaciones»

 

Si nos centramos en los aspectos más científicos de la concesión del premio, creo apropiado describir sucintamente cuáles fueron mis inicios en estas temáticas, que se remontan al año 1985, hace ya 27 años. Es importante tener en cuenta que, aunque siempre me había interesado la Geología Planetaria (o Astrogeología), en España no existía ninguna especialidad ni departamento universitario donde poder formarse e investigar sobre estos temas.

 

Por ello, la llegada a España en 1985 de The Planetary Society, fundada sólo cinco años antes por Carl Sagan, Bruce Murray y Louis Friedman, con el principal objetivo de «motivar la exploración de nuestro sistema solar y la búsqueda de vida extraterrestre», fue, sin duda, clave y determinante para mi futuro, marcando lo que ha sido mi actividad científica principal hasta el momento presente. Mirando hacia atrás, creo que el hecho de asociarme a The Planetary Society me abrió la puerta a contactar con otros colegas con similares intereses y a tomar la decisión de focalizar mi formación, actividad y conocimientos hacia el espacio.

 

«La llegada a España en 1985 de The Planetary Society, fundada sólo cinco años antes por Carl Sagan, Bruce Murray y Louis Friedman, fue determinante para mi futuro, marcando lo que ha sido mi actividad científica principal hasta el momento presente»

 

Tuvieron que pasar trece años para comprobar que esta decisión había tenido consecuencias positivas, desde el punto de vista institucional. En 199,8 tuvo lugar otro hecho que marcó un punto de inflexión en mi trayectoria: el profesor Juan Pérez Mercader vino a visitarme al que era mi despacho del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Tras indicarme que estaba promoviendo el establecimiento en España de un Centro de Astrobiología (CAB), me propuso que me uniera al equipo con objeto de participar en la organización del Centro y desarrollar investigaciones en el campo de la geología planetaria.

 

Tras muchos preparativos y esfuerzo por parte de todos, el 19 de noviembre de 1999 se firmó el acuerdo CSIC-INTA de constitución del CAB y tres años más tarde establecimos la Unidad Asociada CSIC-UVA (entre cuyos proyectos destaca nuestra participación en la misión ExoMars de la ESA con un espectrómetro Raman miniaturizado, bajo la dirección de mi buen colega, el profesor Fernando Rull).

 

El proceso culminó en enero de 2003, con la inauguración oficial del nuevo edificio del CAB, mediante un importante simposio al que asistieron autoridades y científicos del máximo relieve, entre ellos, el presidente del Gobierno y tres premios Nobel. Considero significativo señalar que el profesor Pérez Mercader fue galardonado, hace cuatro años, con una de las Placas de Honor de la AEC.

 

La Astrobiología ha contribuido de manera muy relevante al desarrollo de la Geología Planetaria en nuestro país. La influencia de la NASA y su amplia experiencia en investigación y exploración espacial ha sido crucial para ello. Recientemente, he tenido la oportunidad de comprobarlo personalmente en el marco de mi participación en la misión del Rover Curiosity (una experiencia única para cualquier investigador), como miembro del equipo científico del instrumento español REMS (una estación medioambiental instalada en el rover cuyo desarrollo iniciamos en 2004).

 

Pues bien, en la misión del Curiosity, casi el 90% de los científicos involucrados son geólogos (algo impensable en España donde, debido a nuestra falta de experiencia en planetología, aún se sigue pensando que el tema Espacio compete exclusivamente al campo de la Física, concretamente la Astronomía y Astrofísica) y, por ello, en los programas, tribunales y comisiones sobre Ciencias del Espacio no es posible encontrar ni un solo experto en Geología Planetaria. Una visión limitada de las Ciencias de la Tierra y del Espacio que, en mi opinión, debería corregirse. Tal vez convenga recordar, como ya se ha mencionado, que el único científico que ha estado en la Luna ha sido un geólogo, el doctor Harrison Schmidt (Apollo 17).

 

«Resulta llamativo que, a pesar del impacto de las investigaciones sobre Meteoritos y Geología Planetaria en las mejores revistas científicas del mundo, no haya ninguna universidad española con una especialidad concreta sobre estas temáticas»

 

A pesar del avance de la Astrogeología en España, el número de especialistas es aún muy bajo si lo comparamos con otros países europeos y no digamos si nos referimos a EE. UU. Los geólogos también tenemos que hacer autocrítica, pues hemos sido responsables, en buena parte, de esta situación. Resulta llamativo que, a pesar del impacto de las investigaciones sobre Meteoritos y Geología Planetaria en las mejores revistas científicas del mundo, no haya ninguna universidad española con una especialidad concreta sobre estas temáticas, teniendo en cuenta su importancia para comprender el origen y evolución de la Tierra y los episodios críticos que marcaron su compleja evolución geobiológica. Un atraso que se debería analizar por la comunidad geológica académica que, en muchos casos, sigue pensando que estos temas son «ciencia ficción» cuando en realidad se trata de «ciencia avanzada».

 

Finalmente, si nos centramos en los aspectos del galardón relacionados con la divulgación en geociencias, pienso que la comunicación científica es una pieza clave del engranaje que conecta ciencia y sociedad. Por ello, desde hace más de 25 años he procurado también fomentar esta faceta. Con Internet y la globalización de la información, esta labor es ahora más fácil, aunque también existen nuevos riesgos que hay que afrontar, en nuestro caso especialmente de tipo geoético. Hay que imbricar las redes sociales y las científicas, manteniendo también repositorios de calidad, como los de RedIRIS y el CSIC.

 

«La profesora Rosario Lunar sobresale, sin duda, como una persona con la que he aprendido y compartido, desde hace ya 31 años, una relación única e irrepetible»

 

Todo esto no habría sido posible sin mi formación previa en la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y las posteriores colaboraciones en proyectos e iniciativas científicas y académicas junto con numerosos colegas y compañeros. De todos ellos, la figura de la profesora Rosario Lunar, catedrática del Departamento de Cristalografía y Mineralogía de la UCM, directora del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) y Académica de Número de la Real Academia de Doctores de España, sobresale, sin duda, como una persona con la que he aprendido y compartido, desde hace ya 31 años, una relación única e irrepetible. Por ello, es un privilegio para mí recibir y aceptar este galardón -en especial viniendo de su mano la presentación- siendo principalmente a ella a quien dirijo y dedico esta respuesta, con todo mi reconocimiento y afecto.

 

Mi felicitación al resto de los galardonados y mi agradecimiento especial y muy personal a mi esposa Joaquí, y a mis hijos, Enrique y Beatriz.

Jesús Martínez Frías
Investigador Científico del CSIC

Iberceras

Donato Herrera – Director de I+D+i de Iberceras

Discurso de entrega

Iberceras es un ejemplo paradigmático de empresa española que, aunque ubica su sede central en Madrid con sus laboratorios de I+D, por especial deseo de su fundador está situada en la entrañable e histórica región extremeña (Cáceres, Cañamero).

 

Desde que inicié el contacto profesional con esta magnífica empresa, hace ya más de cinco años, con motivo de solicitar su colaboración para una investigación sobre el moldeo por inyección de pastas cerámicas en materiales de gres porcelánico y vitrocerámicos, el acercamiento fue inmediato, próximo y efectivo, así como el entendimiento entre un científico y el mundo industrial.

«Con Iberceras se vino abajo el mito, muy extendido entre la sociedad civil y política española, de que el mundo de la industria y el de la investigación se ignoran»

 

Una vez más ese tópico o mito, muy extendido entre la sociedad civil y política española, de que el mundo de la industria y el de la investigación «no se conocen, se ignoran, no se necesitan, etc.», se caía por su propio peso. Y se venía abajo este mito, una vez más, y en este caso concreto, porque había un jefe de investigación e innovación en IBERCERAS, el destacado químico Donato Herrera, que entendió perfectamente desde el principio lo que queríamos como investigadores y, más en mi caso concreto, después de más de treinta años bregando con los industriales del sector cerámico, tanto nacionales como de otros países, tratando de involucrar a las industrias en proyectos científicos y, a la vez, comprometidos con su aplicación concreta.

 

Así pues, cuando tuvimos la oportunidad de proponer a Iberceras como candidata a la Placa de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC) 2012 nos entusiasmamos con la idea de proponerlos como buen ejemplo para seguir por toda la industria nacional, que, desgraciadamente, aún se mueve en muchos casos entre la desconfianza y el recelo hacia el mundo de la investigación, tanto universitario como de los OPIs (Organismos Públicos de Investigación).

 

«Iberceras es un buen ejemplo para seguir por toda la industria nacional, que, desgraciadamente, aún se mueve en muchos casos entre la desconfianza y el recelo hacia el mundo de la investigación»

 

Iberceras incluye, en su Centro de Investigación y Desarrollo, un Laboratorio de Aplicaciones dotado del más moderno equipamiento. En su sede de Madrid, realiza diferentes actividades con toda eficacia como lo demuestran sus logros técnicos y comerciales desde su fundación. Como líneas más destacadas queremos señalar: diseño de nuevos productos; mejora en la protección medioambiental de las aplicaciones de sus productos, dando respuesta a los problemas técnicos de la industria, no sólo de los procesos de la propia fabricación, sino, además, de la problemática que le plantean infinidad de industrias en todos los sectores, desde el agroalimentario hasta el eléctrico.

 

Los proyectos de investigación más importantes de Iberceras cubren, entre otros, los siguientes campos:

 

  • Tratamientos del papel y el cartón para el embalaje.
  • Envasado de productos agrícolas.
  • Mejoras en los recubrimientos para la industria alimentaria.
  • Incremento del uso de bases acuosas no contaminantes para reducir la utilización de disolventes.
  • Resistencia antiozonante y anticorrosiva en productos para automoción y comunicaciones.

 

Así pues, queremos manifestar nuestro reconocimiento por su decidido apoyo tanto a su presidente, Carlos Hernández Revilla, como a su jefe de I+D, Donato Herrera, y permítannos mostrar a la comunidad científica y social española cómo Iberceras es un claro ejemplo que deben de seguir las empresas respecto al mundo de la ciencia, para ayudar al desarrollo económico de nuestro querido país y, más aún, en estos momentos de dificultades de todo tipo.

Jesús María Rincón
Presidente de la AEC

Respuesta del galardonado

Señor presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), señoras, señores, estimados compañeros y asociados con los que esta noche compartimos la entrega de las Placas de Honor AEC 2012.

En primer lugar, en nombre de todos los que formamos Iberceras, encabezada por su presidente, don Carlos Hernández Revilla, y en el mío propio como director del Departamento de I+D+i, tengo que dar las gracias más sinceras al presidente de la AEC y a los componentes de su Junta de Gobierno por habernos concedido por unanimidad este preciado galardón. Gracias por haber elegido a Iberceras.

«Este galardón nos causa gran satisfacción, sobre todo porque lo concede la AEC, entidad que conoce bien la realidad de la I+D+i española, y la paciencia, la pasión y la ilusión necesaria para dedicarse a ella»

 

Les puedo asegurar que desde que nos comunicaron este otorgamiento, hemos vivido este reconocimiento con gran satisfacción y alegría. Uno de los aspectos por lo que más valor tiene para nosotros este galardón es, precisamente, que sea concedido por la Asociación Española de Científicos, entidad que conoce bien la realidad de la I+D+i, la paciencia, la pasión y la ilusión necesaria. Las satisfacciones y las decepciones que también conlleva.

 

También me gusta subrayar otro aspecto que magnifica este galardón y es el prestigio nacional e internacional de las personas y empresas que han sido distinguidas con este reconocimiento, tanto en este año como en otros precedentes. En este momento, y desde aquí, al recibir esta Placa de Honor quiero ofrecérsela a todo el personal de Iberceras, a su presidente, a los directores de Departamento, a todos los empleados que componen la empresa, pero, haciendo mención especial al equipo de I+D+i formado por D. David Marín, D. Mario Luzón, D. Gustavo Méndez, Dª Consuelo Andrés y Dª Rosina García; y al equipo de Control de Calidad, formado por Dª Mª José Cabezón, D. Emilio Orovengua, D. Sergio Hinojal y Dª Felisa Portillo.

 

«Un aspecto que magnifica este galardón es el prestigio nacional e internacional de las personas y empresas que han sido distinguidas con las Placas de Honor de la AEC»

 

Yo les puedo asegurar que, para nosotros, con en esta Placa de Honor AEC 2012, el honor es nuestro, nos sentimos honrados por ello; y estén seguros de que vamos a llevar este honor con tanto orgullo que nos hará esforzarnos más, trabajar más, apoyar a la I+D+i más, para, si no lo habíamos merecido del todo, de hoy en adelante ser dignos de él. ¡Muchas gracias en nombre de todo lo que represento en este momento!

 

Quiero aprovechar la ocasión para felicitar a los investigadores y empresas que también son galardonados esta noche. ¡Enhorabuena para todos!

Donato Herrera
Director de I+D+i de Iberceras

Ceracasa

Carlos Cabrera Ahíz – Presidente de Ceracasa

Discurso de entrega

Se cumplen quince años ininterrumpidos de la concesión y entrega de estas Placas de Honor de la Asociación Española de Científicos (AEC) a científicos y empresas que se han destacado por su clara y demostrada labor a favor de la I+D+i en España.

 

En el caso de las empresas, la AEC se ha destacado, desde su fundación hace ya más de cuarenta años, por reconocer y animar a las empresas españolas en el desarrollo de la ciencia y tecnología, que se ha demostrado ya en países avanzados que es decisivo para la mejora de la economía, de la calidad de vida y del prestigio internacional que tanto necesitan todos los pueblos para sobrevivir, especialmente, en un mundo globalizado cada vez más competitivo.

«En países avanzados ya se ha demostrado que la ciencia y tecnología son decisivas para la mejora de la economía y de la calidad de vida que tanto necesitan todos los pueblos para sobrevivir»

 

Debido a la especialidad científica y técnica a la que vengo dedicándome en toda mi carrera profesional como científico, hace ya veinte años que participo y disfruto de la presencia en una feria excepcional que tiene lugar todos los años en nuestro país en la industriosa y emprendedora Comunitat Valenciana, como es la feria internacional de los productos cerámicos y de vidrio para la construcción: CEVISAMA, que cumple en este año su XV edición. En dicha feria, hace años tuve ocasión de tomar contacto con una empresa ejemplar como es Ceracasa, por sus excelentes productos, pero, que siempre me llamó la atención por su estrategia innovadora y de apoyo a la I+D+i.

 

Recuerdo de mis numerosas visitas a CEVISAMA que, en un contacto con el gerente de otra empresa que no sería correcto identificar ahora, al proponerle la ayuda y colaboración científica y técnica por parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Eduardo Torroja en el que desarrollo mi labor, dicho gerente me contestó muy enfadado que él estaba en la feria para vender y que no podía perder su tiempo en hablar conmigo, etc. Ante esta reacción, fruto de una mala educación y, sobre todo, de una nefasta praxis empresarial (en estos tiempos, lo claro es que esta respuesta estaría muy alejada de lo que hoy conocemos como Responsabilidad Social Corporativa, que, lógicamente, debe incluir también las actuaciones de las empresas respecto a la I+D+i), le contesté que yo también estaba en CEVISAMA «para vender», pero, para vender los conocimientos, medios y tiempo de dedicación del CSIC y del centro de investigación al que representaba en esos momentos, para ponerlos a su disposición mediante un posible contrato de investigación que, obviamente, obliga a ambas partes, tanto a las empresas del sector como a los investigadores.

 

Es frecuente oír comentarios en nuestro país sobre «el desencuentro» entre el sector científico (universitario y de organismos públicos de investigación) y el sector industrial. Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, pues las empresas y los científicos están cada vez más próximos, queda aún mucho por hacer para llevar a la totalidad de la comunidad investigadora de nuestro país la necesidad de hacer «marketing de lo científico», que no es lo mismo que el «marketing científico». Precisamente, fue en dicha Feria de Valencia en la que, a pesar de la anécdota que antes he comentado con otra empresa, tuve un afortunado encuentro con Ceracasa y, en concreto, con su gerente, Carlos Cabrera, y con su jefe de I+D+i, Fran Raya. Una experiencia totalmente opuesta a la que antes he relatado. En la última década, he podido comprobar no sólo las innovaciones de elevada calidad realizadas por esta empresa en sus productos de pavimentos y revestimientos cerámicos que logran hacer más habitable nuestros hogares, pero, sobre todo, he podido comprobar su cordialidad y su elevada receptividad y diálogo con el sector científico.

 

«Ceracasa no sólo innova en sus productos de pavimentos y revestimientos cerámicos para hacer más habitable nuestros hogares, sino que también es una empresa de elevada receptividad y diálogo con el sector científico»

 

Es hora ya de que nuestros políticos y, sobre todo, nuestros economistas que asesoran a los miembros del Gobierno actual, y que, precisamente ahora, están tan íntimamente relacionados en estos tiempos de crisis, asuman con hechos que la actividad científica no sólo repercute en la productividad de las empresas y de un país, sino que, «en sí misma», es una actividad económica de importancia estratégica fundamental, como se ha demostrado a lo largo de la historia en todos los países desarrollados. No es el «capricho» de investigadores a los que siempre se les etiqueta con el tópico ya tan gastado de que «se divierten investigando» y, por eso, no necesitan muchos fondos para su actividad. Este tópico extendido con cierta simpatía o, a veces incluso, con pena por el público en general, en realidad le ha hecho mucho daño al sector científico de nuestro país como actividad económica que es «en sí misma», y no me cansaré de repetirlo hasta que nuestros dirigentes se conviertan con hechos a esta realidad.

 

«Ya es hora de que nuestros políticos y economistas asuman que la actividad científica no sólo repercute en la productividad de las empresas y de un país, sino que, en sí misma, es una actividad económica de importancia estratégica fundamental»

 

En nuestro reciente editorial del número 20 de Acta Científica y Tecnológica, decíamos que «[…] quisiéramos ser optimistas y pensar que con la adscripción ministerial [de la actividad científica] al Ministerio de Economía y Competitividad […] se reconoce, por primera vez en nuestro país, que el cultivo y desarrollo de la ciencia y tecnología es una componente económica de primer orden para el desarrollo, [implicando] un compromiso serio de que la ciencia es la clave para el futuro de una nueva economía[…]». Este compromiso ya hay empresas españolas que lo tienen asumido de manera realista y en la práctica. Es el caso de Ceracasa, motivo que nos ha llevado a la AEC a reconocer sus méritos con la concesión de este galardón, deseando y esperando que sirva de reconocimiento y acicate como ejemplo para tantas otras empresas de nuestro país del esfuerzo que deben realizar apoyando la I+D+i desde y en sus centros de producción. La clave de la competitividad está, precisamente, en el esfuerzo y la estrategia dedicados a la ciencia y tecnología diariamente.

 

«La clave de la competitividad está, precisamente, en el esfuerzo y la estrategia dedicados a la ciencia y tecnología diariamente»

Jesús María Rincón
Presidente de la AEC

Respuesta del galardonado

En primer lugar, quisiera agradecerles, en mi nombre y en el de todos aquellos que formamos Ceracasa, que nos hayan considerado merecedores de esta distinción. Es una satisfacción y una razón más para seguir en el camino de apoyar la I+D por el que desde hace tiempo apostamos.

Ceracasa es una PYME familiar que nace en 1984 en la cuna del sector cerámico español, en Castellón, donde se encuentra ubicada más del 95% de esta industria, y que siempre se ha distinguido por ser un sector en constante evolución y con un producto avanzado y altamente sustitutivo. Nos planteamos, hace ya más de ocho años, buscar unas líneas de trabajo que nos llevasen a ocupar un lugar destacado y un tanto diferente al resto de empresas que componen nuestro sector.

«Hace ya más de ocho años que Ceracasa se planteó buscar unas líneas de trabajo para ocupar un lugar destacado y un tanto diferente al resto de empresas cerámicas que componen nuestro sector»

 

En el año 2004, empezamos a trazar lo que serían las líneas maestras por las que iba a transcurrir nuestro trabajo de búsqueda de otros productos cerámicos, tratando de encontrar algo diferente en cuanto a la aplicación y utilidades de nuestros productos en función de lo que demandaba nuestro entorno y dentro de unos precios asequibles y competitivos. Este fue el ideario sobre el que empezamos a desarrollar nuestro trabajo de investigación, desarrollo e innovación. Nuestro primer proyecto fue Emotile, una línea de trabajo consistente en aplicar a la cerámica un sistema de decoración que posibilitase la personalización de nuestros productos al gusto del cliente, donde la cantidad o el coste no fueran elementos limitadores de su demanda.

 

Posteriormente, detectamos la preocupación social hacia el medio ambiente y el entorno y nuestra respuesta fue Bionictile, una baldosa capaz de actuar en el medioambiente reduciendo la contaminación ambiental. Ya en el año 2010 y en plena crisis, entendimos que nuestra aportación debería ir encaminada al ahorro energético y de costes para el usuario. Nuestra propuesta fue el Ecom4tile, aplicación en la que estamos trabajando, y que nos permitirá optimizar, así como reducir el consumo eléctrico y trasladar este ahorro al usuario.

 

«En 2010 entendimos que nuestra aportación debería ir encaminada al ahorro energético y de costes para el usuario. Nuestra propuesta fue el Ecom4tile, que nos permitirá optimizar y reducir el consumo eléctrico y trasladar este ahorro al usuario»

 

Siempre hemos considerado que aportar diferenciación y valor añadido a nuestros productos son el camino que nos posibilitará competir con otras empresas e, incluso, con otros países productores. En este camino de búsqueda de nuevos productos, soluciones y aplicaciones no hemos ido solos, nos han acompañado siempre universidades como la Universitat Jaume I de Castellón o el Instituto de Tecnología Química de la Universitat de València, institutos tecnológicos como ITC (Instituto de Tecnología Cerámica) de Castellón, CEAM (Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo) y AIDICO (Instituto Tecnológico de la Construcción), en Valencia; Tecnalia, en Bilbao; y otras empresas e investigadores sin cuya colaboración no hubiera sido posible estos resultados. Con ellos también queremos compartir este reconocimiento.

 

Durante este tiempo hemos recibido tres Alfas de Oro, máximo galardón que otorga el sector cerámico español a la innovación en la Feria de Valencia, CEVISAMA. Hemos contado con el apoyo del IMPIVA (Instituto de la Pequeña y Mediana Industria de la Generalidad Valenciana), CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), AVEN (Agencia Valenciana de la Energía), OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas) y los ministerios de Industria, Ciencia y Tecnología, que son de gran importancia, sobre todo en estos momentos de dificultades de financiación y cuando la inmovilización de recursos financieros es casi una utopía que está influyendo negativamente en el futuro de la investigación. Por ello, seguimos pidiendo este apoyo imprescindible para seguir desarrollando nuestra labor científica y tecnológica, y, consecuentemente, de producción y comercialización de nuevos productos.

 

«Se echa de menos un desarrollo normativo que contemple y favorezca el uso de los nuevos productos y soluciones surgidos de la I+D+i»

 

Pero, si es importante el apoyo en las fases de definición y desarrollo de los proyectos, no lo es menos en su implementación en el mercado, donde se echa de menos un desarrollo normativo que contemple y favorezca el uso de estos nuevos productos y soluciones. Termino, pues, reiterando nuestro agradecimiento a la Asociación Española de Científicos (AEC) por esta distinción que, con toda seguridad, seguirá siendo un estímulo en nuestro trabajo.

Carlos Cabrera Ahíz
Presidente de Ceracasa

Técnicas Reunidas

José Lladó Fernández-Urrutia – Fundador y presidente de Técnicas Reunidas

Discurso de entrega

Lo que consta para público y general conocimiento es que Técnicas Reunidas es una empresa multinacional española especializada en ingeniería y construcción de infraestructuras para el sector del petróleo y el gas. Cotiza en Bolsa y forma parte del IBEX 35. Pero detrás de esto hay mucho más, fundamentalmente esfuerzo, trabajo e ilusión.

 

Los antecedentes de Técnicas Reunidas datan de 1959, como resultado de la asociación entre varios empresarios españoles y la compañía de ingeniería norteamericana dedicada al Petróleo y la Química, The Lummus Company, que resulta en la creación de Lummus Española, S.A. De aquellos empresarios hay que destacar a D. José Lladó, a D. Javier Benjumea (fundador de Abengoa), a D. Enrique Becerril, a D. Julio Ferández Rubio y a D. Francisco Pérez Cerdá.

Inicialmente, Técnicas Reunidas surge de una idea de D. José Lladó, quien se doctoró en Química Industrial (primer Programa Académico de Ingeniería Química en España), con el Profesor Ángel Vián Ortuño, luego Rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y el Profesor Luis Gutiérrez Jodrá, director de la Junta de Energía Nuclear y Vicerrector de la UCM. La idea fue que sería necesario hacer Ingeniería Química en España. Y, especialmente, desarrollar la industria Química de Refino.

 

«Técnicas Reunidas surge de una idea de D. José Lladó sobre la necesidad de desarrollar en España la Industria Química de Refino»

 

Un millón de pesetas de capital y ganas de hacer en España cosas que únicamente se hacían en el extranjero (Ingeniería del Petróleo, Ingeniería Química, Ingeniería de Procesos) fue el comienzo de esta gran empresa. Tras seis años ejecutando grandes proyectos (Refinería Petroliber y Esso en Castellón), Técnicas Reunidas da el salto a Luján de Cuyo, Argentina, lo que constituye la «primera exportación exitosa de Ingeniería Química Española» al construir una refinería para YPF.

 

Esta empresa, además, hizo gala desde el comienzo, de formar equipos multidisciplinares que, inicialmente, se sintetizaban en Ingenieros y Químicos, alejándose del corporativismo tan propio de aquella época.

 

A los cuatro años de su fundación (es decir, en 1963), Técnicas Reunidas emprende como objetivo estratégico lo que supuso una expresión afortunada: «Caminar Exportando, con plantas llave en mano». Indonesia primero, luego China, donde serían el primer contratista de Plantas Industriales. A partir de los años 80 se produce su gran expansión internacional, hasta que, en 1990, trabajan en 30 países de todo el mundo.

 

«La gran expansión internacional de Técnicas Reunidas comienza en la década de los ochenta. En 1990, trabajan en 30 países de todo el mundo»

 

En la actualidad, Técnicas Reunidas desarrolla la mayor parte de su actividad fuera de España, fundamentalmente en los países de Oriente Medio, Iberoamérica, Extremo Oriente y área del Mediterráneo (principalmente, norte de África y Turquía) constituyendo más del 80% de su facturación.

 

Además, Técnicas Reunidas:

 

  • Se encuentra entre las tres principales compañías de ingeniería y construcción en el sector del gas y petróleo de Europa y entre las diez principales del mundo.
  • Dispone de más de 1.000 plantas diseñadas y construidas a lo largo y ancho del mundo, siendo contratista de referencia con tecnología propia de los grandes productores de crudo para la construcción de unidades y plantas de refinado.
  • Es una empresa moderna flexible, tolerante y abierta, que incorpora en su departamento de Investigación y Desarrollo la preocupación por el futuro medioambiental del planeta y permanentemente conectada con la Universidad y la Ciencia.

 

«Técnicas Reunidas se encuentra entre las tres principales compañías de ingeniería y construcción en el sector del gas y petróleo de Europa y entre las diez principales del mundo»

 

Todo esto no sería posible sin el hombre en cuya persona rendimos homenaje a Técnicas Reunidas, su presidente, D. José Lladó y Fernández Urrutia, y de quien no puedo sustraerme de hacer una breve semblanza porque es él quien mejor representa esta empresa.

 

José Lladó Fernández-Urrutia

 

Doctor en Ciencias Químicas y Química Industrial, Premio Extraordinario. Miembro de honor de la American Chemical Society. Presidente y fundador de Técnicas Reunidas.

 

Ha sido presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Comisión Nacional de Investigación Tecnológica, y decano presidente del Consejo General de Químicos de España. Vicepresidente del Círculo de Empresarios, así como consejero de entidades financieras e industriales como: Banco Urquijo, BBV, General Motors (Advisory Board), Air Productos, Sevillana de Electricidad, Aragonesas, Acerinox, entre otros.

 

Embajador de España en Estados Unidos (1978-1982), Ministro de Comercio y Ministro de Transportes y Comunicaciones (1976-1978).

 

En el ámbito cultural: fundador de la Fundación de Apoyo a la Cultura, y del Colegio Libre de Eméritos Universitarios, de la que es vicepresidente. Presidente fundador de la Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

 

Es fundador y presidente de la Fundación Xavier Zubiri, donde colabora con insignes personajes [Leopoldo Calvo-Sotelo (†), Gonzalo Anes, Pedro Laín (†), Jaime Carvajal, Rodrigo Uría (†), Diego Gracia, publicando sus inéditos y centro vivo de encuentros, cursos y seminarios filosóficos].

 

En el ámbito de las Artes: desde 1991 preside los Jurados de las Artes de los Premios Príncipe de Asturias, y ha presidido desde su creación y hasta 1994, el Real Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Es presidente de la Asociación Colección de Arte Contemporáneo (la mayor colección privada de Arte Contemporáneo Español la constituyen 16 empresas que tienen más de 1.000 cuadros expuestos en el Museo Patio Herreriano de Valladolid).

 

Está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Civil, la de la Encomienda de la Legión de Honor Francesa y la Gran Cruz de Carlos III, entre otras condecoraciones. Insignia de oro de la Asociación de Químicos de Madrid, Medalla de Oro de la ANQUE (Asociación Nacional de Químicos de España), y Medalla de Oro al Mérito en el Comercio.

 

Por último, quiero destacar algo que define su carácter, que tiene a gala, que creo que él valora por encima de todas sus actividades y cometidos, y que aparece en su tarjeta de visita de forma muy sencilla y clara: José Lladó, Embajador de España (nada más y nada menos).

Alfonso Navas
Ex director del Museo Nacional de Ciencias Naturales

Disursos

Discurso de apertura

 

«La palabra simposio, que hoy tiene unas connotaciones tan solemnes y académicas, significaba originariamente «bebida en común», ya que era frecuente entre los griegos organizar tertulias filosóficas o literarias durante los banquetes»

 

«La AEC es una de estas asociaciones que en aquellos tiempos de la ilustración se llamaban «sociedades de amigos del país», denominación tan hermosa como apropiada»

Señor presidente de la Asociación Española de Científicos (AEC), señoras y señores, colegas y amigos:

 

Me explicaron en cierta ocasión, en el Instituto de Filología del CSIC, que la palabra simposio, que hoy tiene unas connotaciones tan solemnes y académicas, significaba originariamente «banquete», «bebida en común», ya que era frecuente entre los griegos organizar tertulias filosóficas o literarias durante los banquetes, por lo que el término acabó adquiriendo la acepción de «reunión de expertos», o algo por el estilo, que hoy tiene.

 

Pues bien, la AEC ha dado un giro de 360º para volver al punto de partida, organizando un banquete bien real, pero, con un contenido cultural o científico o de política científica y tecnológica, lo cual, todo hay que decirlo, hace mucho más ameno y apetecible el acto de entrega de Placas de Honor a las personas y empresas que han destacado por sus contribuciones a la I+D española.

 

En estos tiempos de crisis que nos está correspondiendo vivir, observamos cómo la sociedad civil obtiene no pocos triunfos cuando se organiza, llegando en ocasiones a conseguir que modifiquen su línea de actuación tanto las instituciones como los propios gobiernos.

 

Ese activismo ciudadano se da también en otros sectores de la sociedad, como en el sistema de I+D, en el que una serie de fundaciones, agrupaciones, redes y otras formas de asociacionismo están desarrollando una función insustituible de fomento, de estímulo y aun de financiación de actividades, gracias a las cuales se atempera o minimiza en parte la cara más adusta de la crisis económica.

 

La AEC es una de estas asociaciones que en aquellos tiempos de la ilustración se llamaban «sociedades de amigos del país», denominación tan hermosa como apropiada.

Agradezco, pues, a la AEC, esta asociación de amigos del país, la labor que está realizando en defensa del sistema nacional de I+D desde el tercer sector y felicito muy cordialmente a las personas y empresas que han merecido estas Placas de Honor que atestiguan su buen hacer, solicitando su indulgencia porque la puntualidad del AVE -por cierto, una realidad que habla mucho y bien de la capacidad de I+D que tenemos en España- me impone que tenga que irme inmediatamente sin asistir al acto completo y sin compartir la posterior cena.

Muchas gracias por su atención.

Emilio Lora-Tamayo
Presidente del CSIC